Hay infinidad de chorizos en este
país. Los hay de León, de Galicia, de Lérida, de orza, dulce, picante…, pero
pocos tan afamados y mediáticos como éste, que ha llegado a sobrepasar su ámbito
estrictamente geográfico hasta convertirse en una denominación de origen propia a la que ha dado nombre: Urdangarín; casi, casi como un vino
de pago, pero en chorizo. Y de verdad que no es por ensañamiento, pero su
trascendencia ha sido tan grande que ha ensombrecido a chorizos de corte clásico
y de manual mucho más arraigados. Es por el sentido de la pertenencia. No se
puede ser cura y promiscuo a la vez; vendedor de trajes y nudista a tiempo
completo; yerno de un rey y pirulero. O lo uno o lo otro, pero todo queda feo y
casposo, muy casposo. Porque pirulero sin nobleza como que eres uno más, uno de
tantos y en tu casa casi que ni se enteran, pero yerno de un rey…eso no tiene
perdón; es para que te dé un infanto de miocardio. Porque ser avaricioso y
aprovecharse de la posición son vicios de verdad inconfesables, estos sí.
En homenaje a los denodados esfuerzos de este personaje por intentarlo y al purgatorio de sus fechorías, te sugirió este plato para el medio, muy indicado para días de Pascua o fútbol (no me preguntes por qué, pero le va); un aperitivo facilísimo de elaborar y extremadamente aparente, desenfadado y atractivo, como el mismo al que representa; un chorizo Real, como la vida misma y un infierno de llamas donde purgar sus penas.
Que aproveche.
NECESITARÁS (para 4 personas)
- 100gr de choricillos de ración o urdangarincillos, dulces o picantes, como se prefiera (yo los he escogido ligeramente indignados).
- 4 panes tipo pulgita.
- Un poquito de queso parmesano o manchego curado rallado.
- 50cl aproximadamente de alcohol de 96º, brandy, orujo o whisky para asar los chorizos (yo utilizo orujo blanco, le da un saborcillo muy particular, pero sale igual de bueno con alcohol o cualquier otro licor).
ELABORACIÓN
- En una cazuelita de barro o pequeña paella esmaltada verter el alcohol o licor. Prenderle fuego.
- Previamente, coger las pulguitas y cortarlas en dos mitades longitudinales. Vaciar parte de la molla formando como pequeños ataúdes de pan. Ensartarlas en una varilla de pincho moruno y pasar ligeramente por la llama para tostar los bordes y darle al ataúd un aspecto más adecuado a su uso y siniestramente apetecible.
- Colocar acto seguido sobre la cazuela los urdangarines previamente ensartados en las varillas (hay quien los pone directamente sobre el alcohol, pero a mi me gusta más así, queda más chulo y es más fácil para darles la vuelta). Si vieras que se apaga vuelve a echar orujillo y a encender. Ir dando vueltas de tanto en tanto hasta que estén bien hechos y tostaditos.
- Colocar sobre los ataúdes un par de urdangarines cortados por la mitad o enteros.
- el toque casposo-culinario lo pondrá un poquito de parmesano o manchego curado espolvoreado por encima, proporcionando una pincelada elegante a los urdangarines al infierno.
- Umm…A comer.
NOTA
Además de ser un plato sencillísimo es
muy agradecido y aparente al hacer, tanto que la elaboración debe formar parte
de la degustación, por lo que recomiendo prepararlos en la misma mesa donde se
vayan a comer. A los chiquillos les encantará y a los mayores enseguida les
sacará el fogonero que llevan dentro. ¡Más madera! ¡Más madera!
MÚSICA PARA ACOMPAÑAR
Para la elaboración: Money, de Pink Floid (blanco y en botella…).
Para degustar: Mrs Robinson, de Lemonheads (…porque cuando mire alrededor todo lo que verá serán ojos
comprensivos…).
VINO RECOMENDADO
Allozo, tinto crianza 08. DOC La
Mancha.
DÓNDE COMER
En mesa camilla, con el brasero
bajo las faldas y el infiernillo de los urdangarines acariciando la palma de la
manos. Por supuesto, unos copos de nieve cayendo en la noche iluminados por el
reflejo luminoso de las ventanas, darán un toque sofisticado y muy, muy
familiar. En su defecto, un televisor y jornada futbolera será el complemento
ideal.
QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS
Jugar un partido de balonmano,
aunque sea en el banquillo (sobre todo si te has pasado con el vino).