www.cocinaparaindignados.com |
Las imágenes no dejan espacio
para la duda: Busquets pisa la cara de un Pepe caído e indefenso que se
retuerce de dolor. Pepe, el malote oficial de los clásicos, tan clásicos y
reiterativos como los Ben-Hur de Semana Santa, es objeto de una agresión injustificada y cruel: Messala
sometido y brutalmente pisoteado por el bueno de Judá.
Tampoco dejan espacio para la
duda las fotos aéreas que muestran la participación en las Marchas de la
Dignidad: 36000 personas, según fuentes policiales. ¿O sí? ¿Puede una imagen
llevar a engaño? ¿Puede un efecto óptico convertir la realidad en espejismo?
Parece ser que sí, aunque una imagen vale más que mil palabras.