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“…
Siempre culpables de lo que nos hacen. Criaturas a las que se responsabiliza
del deseo que ellas suscitan. La violación es un programa político preciso:
esqueleto del capitalismo, es la representación cruda y directa del ejercicio
del poder…”
Virginie Despentes, Teoría King Kong.
Llevar bragas no es sencillo,
porque para llevarlas son necesarios muchos cojones. Llevar bragas excede el
significado de llevar calzoncillos. Va más allá de su función protectora frente
a las diferentes secreciones corporales, y, por supuesto, más allá de su relación
con el erotismo y el fetichismo. Llevar bragas es toda una proeza al alcance sólo
de mujeres, las únicas capaces de aunar al concepto utilitario de su uso la responsabilidad
unilateral de mantenerlas en su sitio, aunque se las arranquen a la fuerza o se
vean resignadas a bajarlas en contra de su voluntad. Es por esto que llevar bragas
condiciona la existencia, pues, en una sociedad como la nuestra, más que
llevarlas cargas con ellas, convirtiéndose en más ocasiones de las que
imaginamos en toda una heroicidad.