martes, 30 de junio de 2015

Potaje 'Electoral' ¿Nos hacemos un trío?

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Por fin, ya están ayuntamientos y gobiernos autonómicos definitivamente constituidos; una preocupación menos. ‘Ja tenim president’ aquí o presidenta allá, que tanto da. Ha sido necesario pactar mucho y poner ‘ojitos’ de enamorado a aquellos que se tenían si no por enemigos al menos por adversarios. Así es el juego político; y la mayoría de equipos de gobierno han acabado convertidos en un potaje de siglas varias, una auténtica ensalada que, eso sí, se intuye fresquita y con sustancia para afrontar los rigores del verano y la legislatura.
Porque cuando un ingrediente de la despensa política o culinaria funciona mejor en combinación con otros que por sí solo (por escasez de votos o de sabor) lo que toca es buscar la forma de potenciar su presencia respetando el producto y con creatividad, para que el plato resultante funcione con solvencia e incluso mejor que cuando lo hace en mayoría absoluta o en solitario.

Y es que en la política como en la cocina la unión hace la fuerza, para gobernar o crear un plato ‘3 estrellas’. Y si no que se lo digan a la paella y al potaje o a los grandes partidos en estas últimas elecciones. Combinar sabores, ceder presencia, enamorarse mutuamente para que el plato no defraude. Y de este modo, si antes del 23 de mayo la mayoría de partidos tenían un discurso personalista, y la posibilidad de pactos se veía lejana y condicionada al compromiso de unos principios irrenunciables, después de ese día, y como el amor es ciego (o al menos, cuando hay interés de por medio, se lo hace) todos los partidos han salido al mercado a ‘echarse’ novia o incluso montar un trío o una bacanal para poder gobernar. Todos se han pedido ‘de salir’. De no querer saber de ti, a pedirte amistad. De serme indiferente, a ponerte ‘me gusta’ en todo, y no te marco ‘me encanta’ porque no hay tecla para ello. De pasar de ti, a ser ‘trending topic’ en mi corazón. En definitiva, de “El amor perjudica seriamente la salud” a “Tengo ganas de ti” en un visto y no visto; y de ahí al “Perdona, pero quiero casarme contigo”, si no a la velocidad del rayo sí a la del pacto.
Y es que el amor es la ‘leche’, y aunque no te cases y vivas en pareja (o en trío o en cuarteto) compartir piso y convivir bajo el mismo techo, para que funcione, requiere asumir una serie de reglas que pasan por ceder protagonismo, aceptar perder algunas cosas y adaptarse a la situación para que la relación fructifique y sea duradera…por muy diferentes que sean los miembros que la forman.

Toda nueva relación es una suma de egos y de ingredientes. La única diferencia entre las que funcionan y las que no lo hacen está en combinarlos de tal forma que juntos se potencien sin renunciar a la personalidad de cada uno de ellos. Como en el plato de hoy. El potaje le rinde homenaje a las nuevas relaciones surgidas en el panorama político: El potaje ‘Electoral’ es hoy nuestro plato. Una receta socorrida, que pese a su nombre es capaz de contener los rigores del verano por los ingredientes utilizados y su elaboración. Un plato lleno de frescura y de color, equilibrado y bien ensamblado, cuyo secreto descansa en la combinación de sus ingredientes y la falta de protagonismos…como en esas insólitas parejas tan bien avenidas y que perduran.
Que lo disfrutes. 

NECESITARÁS (para 4 personas)

  • 2 Botes de alubias cocidas.
  • 1 pimiento rojo.
  • 1 pimiento verde.
  • 1 cebolleta.
  • 2 tomates carnosos.
  • 1 cucharadita de comino.
  • 2 dientes de ajo.
  • 1 cucharadita de mostaza dulce.
  • Pimienta y sal.
  • 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
  • 2 cucharadas de vinagre de Jerez o de Módena.
  • 2 latas de caballa en aceite.
  • 3 huevos duros.
  • Agua.


ELABORACIÓN

  1. Escurre las alubias de su agua y lávalas. Pon agua a cocer con la hoja de laurel y los ajos y añade las alubias. Cuando rompan a hervir que cuezan un par de minutos, retira, escurre el agua y reserva (de este modo quedarán como si las hubieras cocido tú y sin sabor a ‘bote’).
  2. Introduce en el vaso batidor el vinagre, el aceite, los cominos, la pimienta (al gusto), la sal y la mostaza y emulsiona a baja velocidad para hacer una vinagreta.  
  3. Lava y corta muy finos los pimientos, la cebolleta y los tomates. Macera durante ½ h con la vinagreta en una fuente en la nevera. Mientras, cuece los huevos.
  4. Pasado ese tiempo, incorpora las alubias remueve para que los sabores se mezclen bien y rectifica de sal y pimienta si fuera necesario.
  5. Emplatado: en un plato, con la ayuda de un molde de cocina coloca unas cucharadas de alubias, sobre ellas unas rodajas de huevo duro y culmina con un par de trozos de caballa en aceite. Espolvorea con perejil fresco picado.

Umm, sencillísimo, fresco, económico, cromático y muy rico.

NOTA

Si lo prefieres puedes utilizar también garbanzos, pero las alubias le dan a este potaje o ensalada de verano una textura más fina y sutil. Igualmente, el pepino y el maíz le quedan perfectos.

MÚSICA PARA ACOMPAÑAR


VINO RECOMENDADO

Romeral tinto 13. DO La Rioja

DÓNDE COMER

Es potaje de terracita o balcón, que tanto da, pero bajo toldo, corriendo el aire y en buena compañía. Con el vino fresquito y servido en copa, se convertirá en la estrella indiscutible de la velada, no lo dudes.

QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

Pese a la mala fama de las legumbres el potaje que nos ocupa es ligero y muy de verano; una buena siesta que nos despeje antes de salir a caminar un poco por la playa o la montaña será ejercicio suficiente que lo compense.



lunes, 22 de junio de 2015

Merluza con meloso oscuro de piñones. Pretérito perfecto y 'limpieza' de sangre

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No cabe duda: en política el pasado se conjuga en pretérito perfecto; más que eso, en pluscuamperfecto. El pretérito imperfecto no existe y cualquier mancha en el expediente se paga con la ‘nominación’ o la expulsión. Y si no que se lo pregunten a Zapata y Maestre. A este paso los únicos que podrán hacer carrera política van a ser chiquillos de primera comunión, dada la brevedad de su pasado, sobre todo si quienes la inician lo hacen por el ala izquierda del espectro político, pues a poco que se hayan despistado en otro tiempo, el paso ‘por la academia’ será más fugaz que un rayo.
Esto es increíble, un auténtico desmadre. Que políticos que se sientan en el congreso codo con codo junto a imputados en los más sórdidos y soeces casos de corrupción (y si no los defienden, callan o mantiene amistad con ellos) reaccionen como plañideras de una  tragedia griega ante situaciones que sólo muestran el dudoso gusto de quien las llevó a cabo en un momento dado de su pasado, su horroroso sentido del humor o la falta de sensibilidad, es de locos.

Un pasado que no condicionó ni el presente ni el futuro de terceros más allá de la supuesta ofensa o la escasa compasión, no puede compararse con el compromiso ético y estético que exige el desempeño de un cargo público en el presente y las responsabilidades que se derivan de su abuso, al afectar a multitud de personas. Si el pasado político debe ser inmaculado, el presente absolutamente impoluto. Porque de salidas de tono en lo personal, de errores de juventud y de comentarios desafortunados, las hemerotecas están a reventar, y de todos los colores. De tal modo que si todos ellos se pagaran con dimisiones, los escaños de los hemiciclos estarían prácticamente vacíos.

Y es que a este paso vamos a terminar por exigir a todo el que ejerza la política ‘cédula de pureza de pasado’, para apartar de ella a quien molesta o no se quiere, del mismo modo que en el Antiguo Régimen se pedía el de ‘limpieza de sangre’ para dar fe de cristiano viejo e impedir el acceso a la administración y a determinados oficios a judíos o conversos. Es como volver a los tiempos del ‘san Benito’ y cargar con él de por vida o al menos mientras dure la legislatura, por muy honradamente que se ejerza el cargo. Sin posibilidad de ‘reinserción’. Para los restos.

Porque el pasado es un espacio temporal ecléctico que afortunadamente muestra caras imperfectas, luces y sombras, y si muchas cosas que dijimos o que hicimos tal vez hoy  no las haríamos, muchas otras no responden más que al modo como concebimos la vida en cada momento. Todos tenemos un pasado ‘pluscuamperfectamente’ imperfecto; algunos más que otros, por supuesto; algunos, esos sí, con responsabilidad directa en los demás.  Y si no es así, tal vez tengamos un problema, tal vez sea que estamos escasamente vividos y hemos tenido muy pocas oportunidades de errar y de explicarnos.

Y mientras disertamos sobre el pasado, dos jueces nombrados por el PP, juzgan al PP en sus casos de corrupción en el ejercicio del poder. Viva el presente.

Sí, el pasado es el lecho sobre el que descansa nuestro presente. Un pasado más o menos oscuro simbolizado hoy en esta receta por un meloso de pasta que precisamente guarda en el color el secreto de su sabor: Merluza con meloso oscuro de piñones. La sutileza de la merluza combinada con la rotundidad incuestionable de la tinta de calamar, la pasta de piñones y las setas, para obtener como resultado un plato que hará las delicias de todos los presentes…incluso los de más turbio pasado.
Que lo disfrutes.

NECESITARÁS (para 4 personas)

  • 750 g de lomo de merluza.
  • 150 g de pasta de piñones.
  • 1 bote pequeño de setas variadas.
  • 1 cebolleta.
  • 2 diente de ajo.
  • 2 sobrecitos de tinta de calamar.
  • 1 pastilla de caldo de pescado (opcional).
  • Sal y pimienta.
  • ½ guindilla.
  • ½ cucharadita de pimentón dulce la Vera.
  • 1 ramita de perejil.
  • Un puñadito de piñones tostados.
  • Aceite de oliva virgen extra.


ELABORACIÓN

  1. Corta la cebolleta y el ajo muy fino. Sofríelos en un poco de aceite. Cuando empiece a pochar añade las setas previamente lavadas y la guindilla, y salpimienta. Cuando reduzca el agua de vegetación de las setas añade el pimentón y la pasta de piñones y remueve todo bien. Incorpora el doble de agua que el volumen de la pasta bien caliente con la pastilla de caldo disuelta. Deja que vaya reduciendo a fuego lento y remueve de tanto en tanto hasta que adquiera una textura melosa. Reserva.
  2. Corta el otro diente de ajo muy fino, pica el perejil y májalo en un mortero junto a los piñones y 100 ml de aceite de oliva virgen extra aproximadamente. Añade sal y pimienta al gusto.
  3. Asa en una sartén con unas gotas de aceite los lomos de merluza. Salpimienta.
  4. Emplatado: Coloca en el fondo del plato un lecho de meloso oscuro de piñones, sobre el mismo el lomo de merluza y un par de cucharadas del majado por encima.

Umm, facilísimo, atractivo y buenísimo. A disfrutar.

NOTA
Puedes combinar el meloso con cualquier otro pescado, también con calamar a la plancha o chipirones. Si quieres, añade al meloso un poco de queso curado rallado o parmesano cuando ya casi esté en su punto y remueve para que los sabores se aúnen, le da un plus de untuosidad y un toquecillo muy bueno.

MÚSICA PARA ACOMPAÑAR

Para la elaboración: Suspicious minds, Elvis Presley
Para la degustación: Walk on the wild side, Pink Turtle

VINO RECOMENDADO

Conde de Caralt rosado 13, DO Cataluña

DÓNDE COMER

Es un plato para degustar en mesa bien vestida y con la vajilla y la cristalería de las ocasiones, y compartirlo en familia, pareja o buenos amigos, donde las conversación os lleve del pasado al presente y viceversa entre risas y sin sobresaltos, más allá del hecho de recordar aquellas cosas que os unieron y aquellas otras que tal vez hoy no harías…o volverías a repetir.

QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

Dada su ligereza y lo agradable de la compañía si las risas son frecuentes será suficiente ejercicio con disfrutarla y alargar la sobremesa ¿puedes imaginar mejor tarea?




   

martes, 16 de junio de 2015

Rollitos de calabacín y gazpacho con almendra. El día que los 'perroflauta' tomaron los ayuntamientos



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El verano ya está aquí. Y no es que el Corte Inglés lo diga, es que se percibe en el ambiente. Este año, más allá del ‘caloret’ al mediodía, de las terrazas hasta la bandera, de los vestidos vaporosos o las bermudas y las chanclas, el buen rollito y el subidón que despierta la estación ha traspasado fronteras y ha llegado a la política, al menos la municipal. Por fin un brote verde percibido por el ciudadano. Por fin un salto hacia el cambio. Por fin un presagio real del final de esta puta crisis.

El sábado 13 de junio, como en las buenas playas, las plazas de muchos pueblos y capitales de provincia se han llenado hasta la bandera (y no precisamente azul) de ciudadanos celebrando el cambio de color y de políticas, y arropando en muchos casos a ‘perroflautas’ que han cogido las riendas del gobierno local, que cuatro años antes eran desalojados de las mismas. Hacía muchos años que unas elecciones municipales no ilusionaban tanto ni levantaban tanta expectación, pero no podía ser de otra manera: la prepotencia y el desprecio con que se ha actuado, así como el hartazgo generado han condicionado por lógica el resultado. De tal modo que aquellos que entonces mandaban desalojar las plazas han terminado siendo desalojados de los ayuntamientos. No es un tema de revancha, es un tema de regeneración. El PP se ha quedado sin saldo y los consumidores, entre la recarga y la ‘portabilidad’, se han decantado por ésta última. Viva el cambio.

Ha sido como abrir las ventanas y que entre el aire fresco para renovar la atmosfera viciada, para limpiar los espacios comunes, para arrastrar lo que no sirve. Y aunque el paradigma de los dos modelos se ha dado en muchos lugares, ha sido en Madrid donde ha encontrado su zénit entre Aguirre y Carmena, entre la caspa de casta y la frescura y honestidad. Ha ganado esta última, como no podía ser de otra manera, porque por más que lo crea Manuela, el ciudadano sabe que la “reinserción” es imposible…o al menos la Esperanza en ella.

Y es que cuando no se ha ganado por goleada ha habido que pactar para poder estar, por mucho que le pese a más de uno y a su formación más votada. A fin de cuentas ¿qué es si no una corporación municipal? Ayuntamiento y ayuntar tienen la misma etimología: juntar, unir (también copular, pero esa acepción aquí, aunque más interesante, no procede). Pactar, por tanto, para gobernar y cambiar las cosas, para cambiar las formas y llenar de frescura la política local. Tal vez bajarse los sueldos, ir en bici a trabajar, hacer acto de presencia en un desahucio, tener como prioridad en sus programas medidas sociales o cesar a un concejal por su pésimo humor negro, no sean más que gestos intrascendentes, pero todos nuestro actos lo son y hay algunos a quienes no cabía más caspa en sus hombros y tocaba sacudirla ¿no te parece?

Para celebrarlo nada como una receta llena de colores alegres, que sabe a verano y a aire fresco bajo la sombrilla: Rollitos de calabacín y gazpacho con almendra; un plato que simboliza el buen rollito que se respira en los ayuntamientos, la ilusión que han despertado y la esperanza por un cambio. Un bocado lleno de cromatismo y matices que combina el mar y la tierra con sutileza; tan ligero, fresco y alegre, que lejos de empacharte te hará sentir ligero y no podrás parar hasta dar con su final.
Que lo disfrutes.
  
NECESITARÁS (para 4 personas)

  • 250 g de salmón fresco (de la parte de la cola, mejor).
  • 2 calabacines.
  • ½ l de gazpacho andaluz.
  • 1 manzana mediana.
  • 1 y ½  cucharadas de almendra molida.
  • Sal.
  • Pimienta.
  • 1 lima y su ralladura (o limón).
  • 3 cucharadas de salsa de soja.
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
  • Un chorrito de salsa Perrins o pasta de guindilla (opcional).


ELABORACIÓN

  1. Quítale la piel al salmón con un cuchillo largo (o que lo hagan en la pescadería). Córtalo en tiras alargadas de unos 2 cm de grosor aproximadamente. Salpimiéntalo. Introdúcelo en un bol junto al zumo y la ralladura de la lima, la salsa de soja, el aceite y el chorrito de salsa Perrins. Déjalo macerar en la nevera al menos 1h.
  2. Mientras, pela la manzana córtala en trocitos e introdúcela en un vaso batidor junto al gazpacho y la almendra molida. Batir. Si crees que queda muy espeso añádele un poquito de agua hasta conseguir la textura deseada.
  3. Pela el calabacín y con una mandolina de cocina córtalo en tiras largas y finas. Salpimiéntalas y pásalas por una sartén con unas gotitas de aceite.
  4. Corta un cuadrado de papel film lo suficientemente grande como para extender en él las tiras de calabacín. Ponlas superpuestas una sobre la otra hasta formar una cama de la misma longitud que los trozos de salmón.
  5. Pasa el salmón por la sartén caliente por todas sus caras 15’’ aproximadamente por cada una de ellas Debe quedar hecho por fuera pero jugoso por dentro.
  6. Coloca una tira de salmón en el lecho de calabacín y con la ayuda del papel film (como si fuera una esterilla de sushi) enróllalo. Hecho esto, retira el papel y corta el rulo en porciones de 5 o 6 cm.
  7. Emplatado: en un plato hondo verter  3 cucharadas de gazpacho a temperatura ambiente y sobre el mismo ‘de pie’ 3 o 4 rollitos de calabacín ligeramente calientes.

Umm, buenísimo, económico, fácil de elaborar y muy, muy aparente.

NOTA

Puedes utilizar salmorejo si lo prefieres, pero la manzana y la almendra le dan un sabor de recuerdos dulces y una textura a este plato muy especial. En lugar de salmón puedes utilizar cualquier otro pescado de carne firme que aguante bien la elaboración e incluso gambas o  chipirones.
También puedes cortar previamente el pescado en tacos y una vez pasado por la sartén envolverlos individualmente en una tira de calabacín.

MÚSICA PARA ACOMPAÑAR

Para la elaboración: Changes, David Bowie
Para la degustación: Wonderwall, Cat Power

VINO RECOMENDADO

Tesoro de Bullas, rosado 14. DO Bullas.

DÓNDE COMER

Es plato para quedar como un marqués en una cena familiar o íntima, pero también bocado de combate glamuroso para llevar en fiambrera al escaño del hemiciclo municipal. Así que ya sabes, sea la que sea tu preferencia a dar envidia con el resultado y a disfrutarlo, solo o en campañía.

QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

Bocado tan ligero no tiene mucho que quemar, así que no te preocupes, ir y volver al trabajo en bicicleta o moverte con ella después de comer, será ejercicio suficiente que lo compense.