viernes, 29 de noviembre de 2013

Enrocado de pulpo a la Rajoy

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El gobierno se enroca. El PP se enroca. Rajoy se enroca. Con la nueva Ley de Seguridad Ciudadana y el planteamiento de la ley de regulación de servicios mínimos que limitará el derecho a huelga, el gobierno se blinda frente al ciudadano y, como los pulpos, se enroca frente a él y se protege. El propósito es muy claro: dificultar y silenciar cualquier tipo de protesta. Unas leyes que coartan y restringen los derechos del ciudadano hasta convertirlo en una parodia de sí mismo. Un gobierno que extiende sus tentáculos en todos los ámbitos de la sociedad para controlarla, manipularla y amordazarla. El mito Orwelliano hecho realidad una vez más. No solo se lanza al cuello con voracidad vampírica, es que además no quiere que te quejes. Le molesta. Le molestas con tu incómoda e inoportuna costumbre de gesticular desesperado mientras te asfixia y te quita la sangre, y cuando protestas y te rebelas, legisla con rapidez y se enroca como un pulpo huidizo y acobardado.

Primero fueron los movimientos sociales nacidos con el 15M. Luego, se ha Colau un Ada buena en nuestras vidas a través de la PAH (ya hablé de ella y su magia en los post: Mejillones embargados y Cañaíllas desahuciadas de 9 y 13 de septiembre respectivamente) que ha mostrado a un gobierno y a un sistema bancario egoístas, inhumanos, manipuladores y cómplices en el drama de miles de familias para el que no encuentran solución, ni quieren.  Por último, la valiente huelga de los servicios de limpieza de Madrid, que ha puesto contra las cuerdas la imagen de una ciudad a través de la nefasta y prepotente gestión del conflicto por parte de su ayuntamiento. Y entre tanto,  las manifestaciones y protestas de una sociedad que ante tanta injusticia se rebela pacíficamente.
Frente esto, la respuesta del gobierno es clarísima: me molesta que te quejes; respuesta que, al mismo tiempo, indica el camino a seguir: todos juntos y a la calle; a las nuestras y a las suyas, a las de todos; a las avenidas, a las plazas, frente a sus casas y donde vivimos;  donde trabajan y trabajamos.

Ya es hora que, como los animales de Orwell en la granja Manor, tomemos cartas en el asunto. Porque, por muy triste que parezca, el gobierno, haciendo suyo uno de los mandamientos de aquellos, ha tomado como enemigo todo lo que camina sobre dos pies, y piensa que prohibiendo todo movimiento tiene solucionado su problema, sin percatarse que aquí el verdadero problema son ellos mismos.

Este plato simboliza los largos tentáculos del poder encarnados en la musculada, blanca y delicada carne del pulpo. Como él son capaces de llegar a todas partes,  de hurgar los lugares más recónditos e íntimos de los fondos marinos, extenderlos hasta los confines de lo privado para acorralar y atrapar su presa; y como él, de despistar con su tinta cuando se ve acorralado, confundiendo con demagogia su osadía, y escabullirse hasta enrocarse acobardado en lo más profundo de una cueva y protegerse, sea ésta de dura piedra, en forma de ingrata ley o, como en nuestra receta, de sutil puré de patatas emboscado en posidonia.
No tienes más que entrar a por él. Te aseguro que una vez apalizado  y cocido, aquella intimidante musculatura tan solo será un recuerdo terso y delicado que nos hará soñar con paraísos nunca tan cercanos.

Que lo disfrutes.   


NECESITARÁS (para 4 personas)

  • 400gr de pulpo cocido.
  • 200gr de puré de patata.
  • 8 espárragos verdes.
  • Un puñadito de grumos de brécol.
  • 1 calabacín.
  • Un puñadito de espaguetis de mar o cualquier otra alga (alga wakame, nori, kombu, arame…). Se puede prescindir de ellas, pero le da un toque marino más que interesante.
  • 100cc aproximadamente de aceite de oliva virgen extra.
  • Pimentón dulce de la Vera.
  • 1 cucharada de ajoaceite.
  • Un poco de perejil.
  • 1 diente de ajo.
  • 2 cucharadas de vinagre de manzana.
  • 1 cucharadita de almendra molida tostada.
  • Un poquito de sal.
  • Sal en escamas.

ELABORACIÓN

  1. Si el pulpo no lo tienes ya cocido (lo puedes comprar, es más caro pero no falla) lo cueces. Para ello, en agua hirviendo con sal “asustas” 3 veces el animal metiéndolo y sacándolo, dejándolo al final cociendo aproximadamente 15’ por Kg. de peso. Ve pinchando y comprobando. Una vez cocido y frío, corta dos buenas patas y pásalas por todas sus caras por la parrilla o sartén con unas gotas de aceite cuidando que la piel no se desprenda, durante 5’ más o menos. Recuerda que hay que servirlo muy caliente, por lo que prepara primero lo demás antes de asar o calienta el conjunto una vez terminado.
  2. Haz un puré de patata, bien de bolsa o cociéndolas, 1/3 del cual lo mezclas con la cucharada de ajoaceite, otro 1/3 con un poquito de aceite y pimentón y el restante lo bates con un grumo de brécol cocido, de manera que obtengas diferentes colores para las rocas de puré con recuerdos marinos.
  3. Desecha la parte dura de los espárragos y córtalos por la mitad. Cuécelos al vapor durante 4’. Haz lo mismo con los grumos de brécol.
  4. Con una mandolina de cocina extrae láminas finas del calabacín una vez pelado y cuécelas al vapor durante 2’.
  5. Hidrata durante ½ h los espagueti de mar y pásalos después por el vapor 2’ para que cojan temperatura.
  6. Mezcla una cucharadita de pimentón con un poco de aceite y bate. Obtendrás un aceite de pimentón.
  7. Pica el ajo y el perejil muy finos y junto al aceite, el vinagre, una puntita de sal, la cucharada de almendra tostada molida y, si quieres, un poquito de pimentón,  bate. Obtendrás una vinagreta.
  8. Emplatado: Sitúa las patas de pulpo en el medio remarcando las formas curvas del mismo y coloca con gracia, simulando rocas, los diferentes purés y las verduras y algas, de forma que nos recuerde un fondo marino de posidonia, alga y piedra. Esparce sal en escamas por el conjunto con generosidad, sobre todo en el pulpo y añade un poco de aceite de pimentón a una pata, a parte de las verduras, a la roca blanca y a la verde y vinagreta al resto.
  9. Sirve muy caliente y a triunfar. Vas a escoger pulpo como animal de compañía sin dudarlo y de por vida…aunque se llame Rajoy.

NOTA

Si no los  encuentras (se vende en herbolarios)  o lo deseas, prescinde de los espaguetis de mar y crea tu fondo marino con las verduras que quieras o donde la imaginación te lleve, aunque como te decía le da un toque de sabor muy interesante. Del mismo modo, la vinagreta es opcional y puedes acompañar el conjunto, y sobre todo el pulpo, con aceite y pimentón, aunque te aseguro que ésta le da un toque al pulpo que te sorprenderá. Como te habrá sobrado, con patatas o pechuga a la plancha está deliciosa.


MÚSICA PARA ACOMPAÑAR

Para la elaboración: Piece of my heart, Janis Joplin.
Para la degustación: Riders on the storm, The Doors.


VINO RECOMENDADO

Pazo, B-11. D.O.C Ribeiro


DÓNDE COMER

Es un plato con brillo, resultón y glamuroso, marino y festivo, para comer sentado y bien vestido y también de pie, cercando un tonel de taberna, con el tazón de ribeiro siempre lleno, o en la calle, en la misma plaza de las Cortes, por poner un ejemplo; e invitando, invitando a todo el que se acerque por allí, porque a diferencia de quienes se reservan para sí lo mejor y lo protegen con descaro, este plato induce a compartir y disfrutar sin pedir nada más a cambio.


QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

Como es ligero y poco empachador serán suficientes unas cuantas vueltas por esa misma plaza y las calles aledañas; poca cosa en realidad, distendidamente, sin aspavientos, pero precavidos,  no suelte algún vecino malhumorado los perros y te toque correr.
 

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Rabo de toro al estilo Aznar

 
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Dentro de la serie de recetas dedicada a la belleza y el glamour en la política, merece una atención especial José María Aznar. Pocos han subido tanto en la escala Richter de la seducción como el expresidente: De 0 a 100 en un quién te ha visto y quién te ve. Del bigote anodino y bien poblado, al labio infinito y desabrigado; de la mirada ingenua, a la sesgada y seductora enmarcada en un rostro alargado y anguloso; de la tímida sonrisa, a la que muestra una dentadura blanca y enfundada; del tipo discreto, al atlético de abdominales de acero y entrenador personal; del traje de batalla, al de Botella y de diseño. Lo único inmutable es el negro zaino del pelo, que probablemente ha servido de inspiración a la perfecta cabellera de los clicks de playmobil. Eso sí, en su caso con raya trazada a tiralíneas que peina hacia la izquierda una melena más larga, formal y con visos juveniles,  única concesión a un equívoco ideológico.

Un derroche de masculinidad, elegancia y seducción que traspasa las fronteras del poder hasta convertirlo en el representante de una actitud ante la vida que simboliza, en apariencia, el éxito, la unidad y el orden: Más allá de mí sólo cabe el caos.
Fantasía húmeda para una desconcertante cohorte de grupies de tintes azules, faro que ilumina el camino a seguir y visionario de un futuro Neocon de presente empobrecido para la mayoría, desde su atalaya en FAES vigila, con ánimo protector, como el toro de Osborne las carreteras nacionales, que su obra y su presencia sean eternas.

Y como aquel, cuyas carnes representan lo masculino y lo patrio, él es toro y premio, él es toro y rabo: la parte morlaca más noble, la carne que lo identifica; alimento de campeones.

Esta receta sin duda lo representa y sintetiza la esencia de sus ideales. La dificultad para encontrar un rabo de toro no nos debe desanimar, podemos sustituirlo, sin apenas percatarnos, por el de ternera o incluso ossobuco: en esta ocasión la impostura, lejos de ser un problema, llega a ser un valor añadido.

Como todos los platos que alimentan el ego requerirá de un consumo moderado que evite los efectos perniciosos de un atracón: el cuerpo y los amigos lo agradecerán.
“Yo soy el milagro”, dijo aquel en su día; y este plato te lo parecerá, por sabor y por presentación; pero un milagro de los de verdad, porque como una figura del toreo, entre verónicas y molinetes, rebañarás el plato con el pan como muleta hasta dejarlo inmaculado.
Suerte, maestro y al toro.

Que aproveche.
  

NECESITARÁS (para 6 personas)

  • 2kg de rabo de toro.
  • 1 puerro.
  • 1 cebolleta.
  • 2 zanahorias.
  • ½ l. de vermut.
  • Sal, pimienta, nuez moscada.
  • Aceite.
  • Un poco de harina.
  • 300gr de castañas.
  • 150cl de leche.
  • Media rama de canela.
  • 4 espárragos verdes por comensal.
  • 12 patatitas nuevas.
  • 1 calabacín.
  • Sal gorda.
  • 1 porción de mousse de pato envasada.

ELABORACIÓN

  1. La noche anterior, salpimienta y ponle nuez moscada al rabo de toro troceado. Corta las zanahorias, el puerro y la cebolleta y sala. Introduce todo en un bol añádele un chorrito de aceite y el vermut, tapa y reserva en la nevera hasta el día siguiente.
  2. Ya puestos en neveras, mete también al congelador esa noche el mousse envasado.
  3. Lava bien las castañas, hazles un corte y ponlas a cocer durante 20’ aproximadamente en agua hirviendo. Mientras, cuece la leche con la canela, una pizca de sal y de pimienta. Cuando las castañas se hayan cocido, deja que se enfríen un poco y, tibias, pélalas quitándoles la cáscara y la piel (si están frías es más complicado). Incorpóralas a la leche (saca la rama de canela antes) y bate. Ya tienes un puré de castaña.
  4. Saca el rabo del adobo, enharina ligeramente (yo lo hago con un colador y ésta se espolvorea por encima) y fríe los trozos un poquito para que cojan color; puedes hacerlo en la misma olla a presión. Incorpora el resto del adobo y deja que cueza un poco sin tapar. Espuma el guiso y cierra. Deja cocer durante una hora aproximadamente (en olla no rápida).
  5. Comprueba que la carne está hecha. Sácala de la olla, deja enfriar y desmígala en trocitos pequeños estando aún tibia (es una carne gelatinosa y en frío es más complicado), desechando huesos, pieles y la poca grasa que encuentres. Reserva.
  6. Pasa la salsa por la batidora y posteriormente por el chino si te gusta fina. En mi caso la he puesto más espesa. Reserva.
  7. Mezcla la carne con la salsa (sobrará bastante y podrás utilizarla en otras recetas). Reserva.
  8. Corta los tallos duros de los espárragos y cuece al vapor 5’.
  9. Pela con una mandolina de cocina el calabacín y con la misma ve sacando finas tiras de calabacín hasta llegar a la parte de la semilla que desecharás. Cuece al vapor 2’.
  10. Cuece al vapor las patatitas durante 10’ (prueba por si necesita más).
  11. Emplatado: En un plato llano coloca un molde de cocina redondo o cuadrado. Llénalo de carne en 2/3 partes y sobre ella puré de castañas. Quita el molde con cuidado. Junto a la carne coloca dos patatas que habrás abierto presionando con los dedos, unas tiras de calabacín y 4 espárragos cortados en 2 trozos cada uno. Échale al conjunto sal en escamas y pimienta y añádele un chorrito de aceite crudo. Saca del congelador el mousse de pato, quítale el envase y con el rallador deja caer unas virutas por el conjunto.
  12. Um, vas a disfrutar como un torero en su mejor tarde.
  
NOTA

Opcionalmente puedes poner también berenjena, realmente le queda muy bien. Una vez asada (en el microondas, entera, en 15’ la tienes) la pelas y la cortas en trocitos pequeños; la aliñas con aceite crudo, sal, pimienta y un poquito de nuez moscada o clavo y la pones en la base, sobre ella la carne y el puré de castaña al final. 


MÚSICA PARA ACOMPAÑAR

Para la elaboración: Yo soy aquel, Raphael.
Para degustar: El rey, Vicente Fernández.


VINO RECOMENDADO

La Tribu Cr.11. D.O.C Valencia


DÓNDE COMER

Es comida de cortijo fino y de empaque, así que sácale punta a tu lado más bizarro y patrio, vístete para la ocasión de torero, de majo o con faralaes y alégrate pensando que “tus defectos como hispano son su fracaso como padre”.


QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

¿Un milagro? ¿Dónde? Y buscar, buscar sin parar de andar, sin descanso, casi, casi hasta la extenuación.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Olla corrupta estilo Canal 9

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Donde tengas la olla no metas la ... . Es una obscenidad, vale, pero una obscenidad muy cierta. Ésta es una de esas máximas castizas que podría completarse hasta decir que, ni aquella, ni la mano, ni la pata o, más bien, tu maliciosa incapacidad. Así, por la misma razón que no debes echar mano de tus gónadas en lugares inapropiados, tampoco debes robar, ni gestionar tan necia y toscamente en beneficio propio, sobre todo cuando la olla es de todos. Es algo que por común no deberíamos aceptar jamás y desde luego un principio inexistente en la gestión de los políticos valencianos en casi todo cuanto tocan, el último ejemplo, Canal 9. Aquí la han metido y hasta el fondo, sin cortarse: con profesionalidad y alevosía; corrompiendo instituciones y saqueando erarios públicos y encima con la cabeza bien alta. Me refiero, por supuesto, a la de pensar, la de arriba, donde está la cara, una cara dura como el cemento armado, bruñida con cremas caras y sin visos de arrepentimientos, que es lo indignante.

Qué indecente. Qué asco. Ser el gestor de un ente público, de un bien común y creerte el dueño. Convertir en propiedad particular lo de todos y maniobrar política y personalmente a favor de tus propios intereses, unos intereses espurios y egoístas. Hundir el Titanic y subir en la primera barcaza, acomodarte y desde ahí contemplar. Contemplar cómo el mar se lo traga todo en pago a una deuda pendiente. Contemplar el chapoteo desesperado de la gente sin apartar la mirada. Contemplar tu obra sin arrepentimiento. Ser responsable de la zozobra y el naufragio y simular maniobras de salvamento. Mostrarte despiadado y golpear con el remo, con los pies y con la palabra a aquellos que plantando cara se agarran a la barcaza para salvar la vida.

 Qué vulgar que eres. Qué grosero. Sólo esperas el silencio, la calma tras el desastre. El olvido. Pero es un barco muy grande, casi tanto como tu prepotencia; y ya se sabe: el mejor antídoto contra la vanidad es la soledad; mejor incluso que la hoguera. Así te quedes: solo, en los tribunales y en las urnas. Que el barco lo lleven ellos: los músicos, los camareros, los cargadores, los maquinistas…los que saben, los que lo cuidan, los que lo aman.

En homenaje a todos ellos y con el deseo de que la negra sombra de quienes lo han hundido desaparezca para siempre, aquí te presento este plato: Olla Corrupta al Estilo Canal 9: con 9 ingredientes del cerdo imprescindibles en cualquier guiso de esta naturaleza que se precie; eso sí, servida bajo el estricto control de la ley de Transparencia. Una metáfora de una realidad fea y sucia transformada aquí en una sinfonía de sabores donde las manitas del cerdo, sus carnes y los chorizos, campan a sus anchas, en este caso para mejorar el plato y no para enturbiarlo, como aquellos a quienes  representan.
Una receta que aúna tradición, la olla en la cocina y el abuso en el poder, con la modernidad, pues serviremos deconstruida en cazuela transparente y honda, con el caldo, las verduras y las carnes al fondo y sobre él un hummus de alubia, culminado con patata y cardos paja.
Um ¿A que apetece? Te aseguro que su sabor corromperá los espíritus más angelicales. Y lo peor: no se arrepentirán.


NECESITARÁS (para 6 personas)

  • 400gr de alubias.
  • 1 patata.
  • 1 zanahoria grande.
  • 1 puerro.
  • 1 nabo.
  • 200gr de cardo limpio.
  • 1 codillo de jamón.
  • 2 chorizos.
  • 250gr de morcilla de arroz.
  • Una morcilla de cebolla (unos 70gr).
  • 1 manita de cerdo troceada.
  • 400gr de ossobuco de cerdo.
  • 250gr de rabo de cerdo.
  • 200gr de costilla carnosa de cerdo.
  • 200gr de careta de cerdo.
  • Aceite (un poquito).
  • Sal (un poquito).
  • Pimienta (un poquito).
  • Agua.
  • Un chorrito de jerez seco por ración (opcional).


ELABORACIÓN

  1. Lavar bien las alubias y ponerlas a remojo la noche anterior.
  2. En el momento de cocinarlas, proceder de la siguiente manera: Meter las alubias en una malla de cocción e introducir en la olla a presión. Cortar las verduras en trozos pequeños y meter en otra malla. Añadir todas las carnes y agua fría que lo cubra todo. Cocer unos minutos con la olla destapada y espumar. Cerrar y dejar cocer durante una hora aproximadamente a fuego medio-bajo.
  3. Pasado ese tiempo, retirar del fuego y dejar que se enfríe.
  4. Sacar de la malla las alubias y el nabo de la suya y batir, añadiéndole un poquito de aceite, de sal y de pimienta (al gusto). Ya tenemos un hummus de alubia. Se crees que te queda muy espeso, agrégale un poco de caldo hasta obtener la textura deseada.
  5. Saca las carnes, deshuesa y corta en trocitos pequeños.
  6. Pela, lava y corta en tiritas muy finas (te puedes ayudar de un rallador grueso) una patata. Fríela hasta que quede dorada y suelta. Pásalas a papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
  7. Corta el cardo en tiritas finas. Saltéalo un poco en el aceite sobrante y procede como con las patatas paja.
  8. Cuela el caldo y rectifica de sal.
  9. Emplatado: colocar en el fondo las verduras, sobre las mismas las carnes. Verter caldo que lo cubra pero dejando la superficie seca. Con la manga pastelera cubrir con el hummus de alubia y rematar con patatas paja y cardo en tiritas. Servir el caldo aparte en copa de Martini muy caliente.    

NOTA

Te va a sobrar caldo y carnes para otros platos: sopas, arroces al horno, ropa vieja…
Si dispones de un sifón de cocina, el humus adquiere una textura aérea y ligera muy aparente que mejora aún más la apariencia del plato.
Puedes añadirle también apio, napicol o calabaza; son verduras que se adaptan muy bien a esta receta.
El caldo con un chorrito de jerez seco (opcional, pero lo recomiendo) y muy caliente se bebe mientras nos comemos le plato. 


MÚSICA PARA ACOMPAÑAR

Para la elaboración: Georgia On My Mind, de Ray Charles. Porque su voz grave y rotunda acompaña como ninguna las ensoñaciones más deseadas.
Para la degustación: Becca Krueger Cover of Ray Charles “Hit The Road Jack”. Nadie como ella para vestir este plato con tanta elegancia. 


VINO RECOMENDADO

Mayor de Castilla crianza 2010. D.O.C Ribera del Duero


DÓNDE COMER

En mesa redonda, como de negociación, bien vestida, con salvamanteles, y la cubertería y cristalería de las ocasiones especiales, porque ésta lo es. Vístete adecuadamente, porque a pesar de ser un plato casi, casi antropófago,  es sutil, festivo y elegante como muy pocos.


QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

Más allá de las pesadillas, los sueños felices, como las ensoñaciones placenteras, mueven a la risa y a la felicidad. Ensueña pues, con que, tal vez y sólo tal vez, en esa metáfora antropófaga acabas de una vez por todas con la larga sombra del poder y ríe, ríe mucho, porque cuando ríes se mueven 15 músculos faciales, el estómago, el diafragma, la musculatura pectoral…¿acaso hay un ejercicio más completo? Aplicado durante 2 horas, tumbado en el sofá o sobre la mesa en ensueño compartido, llegarás a la cena con espíritu renovado.  
 

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Garbanzos recalificados

 
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 (Receta proporcionada por Alberto Lluch, jefe de cocina del Alameda Palace de Valencia, chef de brillante futuro, indignado como el que más, pero contento y amigo).

Qué manía con incrementar el valor de las cosas. Qué obsesiva extravagancia con pies de barro y lo que le es aún peor: con conciencia de ello. Por supuesto, el objetivo no ha sido el bien común, sino sentar las bases de un inmenso negocio que hizo de oro a aquellos para quien se había montado. Porque en el fondo les encanta recalificar. Les encanta recalificar y recalificarse, y pasar del tuteo al Vd. en un visto y no visto y de ahí al plural mayestático con la misma rapidez que lo ha hecho su fortuna. Del “yo soy así,” al “Nóos somos así”, a velocidad de AVE.
Ojala pudiéramos recalificarnos el salario. Eso sí que estaría bien. O el trabajo; pero claro, de eso ni se habla; es imposible. “Nóos consideramos que es justa y deseable vuestra demanda, pero lamentamos que sea inviable. La Senda De La Recuperación no conoce otro camino que el de vuestro desinteresado sacrificio” Y se quedan tan anchos al decirlo. Sin terrenos que recalificar no hay paraíso, qué le vamos a hacer.
No pasa nada, recalifiquémonos a nosotros mismos; porque tú lo vales, porque somos únicos. Y de paso, también unos garbanzos. Así, del mismo modo que algunas tierras yermas mudaron sus espinos  por espigas de oro, enriquezcamos su sabor añadiendo a su tierna, soleada y delicada carne la untuosidad fina y sensible de los ingredientes que le acompañan, convirtiendo esta humilde legumbre en un bocado digno de la nobleza más acomodada.
Nóos os lo recomendamos encarecidamente.


NECESITARÁS (para 4 personas)

  • 300g garbanzo natural.
  • 2 dientes de ajo.
  • 1 patata.
  • 1 zanahoria.
  • 100g de chorizo seco.
  • 1 manojo pequeño de espinacas.
  • 1 ramillete de perejil.
  • 1 chusco de pan duro.
  • 2 huevos.
  • 2 cucharadas de aceite de oliva.
  • c/s sal.
  • Mucha agua.

ELABORACIÓN

  1. Se dejan los garbanzos en agua durante un día, se les cambia el agua y se cuecen unos 20 minutos en una olla con un poco de sal.
  2. Hacemos una majada en el mortero con el perejil, el ajo, un poco de sal y el trozo de pan frito u horneado y se le añade a la olla.
  3. Troceamos la patata, la zanahoria y el chorizo y también lo añadimos a la olla junto a las espinacas y los dos huevos batidos que nos servirá para espesar el caldo.
  4. Se deja cocer todo unos 15 ó 20 minutos moviéndolo ligeramente y listo. Si eres de natural rebañador prepárate, vas a mojar hasta quitarle el brillo a la porcelana del plato.

MÚSICA PARA ACOMPAÑAR

Para la elaboración: Seven NationArmy, de The White Stripes.
Para degustar: Numb, de Linkin Park.


VINO RECOMENDADO

Estola crianza DOC la Mancha


DÓNDE COMER

En familia, colocado el puchero al medio, en mesa bien vestida y servido con mucha parsimonia y empaque. Es recomendable ponerse el traje de las bodas para este plato, sentirte como un paquetito, bien envuelto y por unos momentos importante y trascendente. Valorarás en lo que vale entornar los ojos en la primera cucharada y con tus rudimentos de francés decir “c’est une eclosion…” Si  no sabes, sólo has de decir “Sé tin..e…closion, alargando la ene final. Es un efecto que recalifica mucho el plato sin dudarlo.


QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

Si mojas, llorar, llorar mucho. Si eres menos tragón, levántate y anda, Lázaro.