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“…Si hoy amaneces y los pies te están doliendo
Es porque estuviste toda la noche
Caminando por mis sueños…”
Nacho Vegas, ‘Taberneros’
“Sólo quiero morirme. Sólo quiero
morirme…” Repetía con un hilo de voz, mientras que las lágrimas se precipitaban
por una cara bonita, y tan tersa y limpia que aún estaba casi por estrenar. Su
novio le había dejado. Tenía el corazón destrozado y cuando éste salta por los
aires arrastra tras de sí todas las certezas que te dan seguridad y fijan tu fe
en el mundo. Una tras otra, por parejas o en grupo, casi todas las chicas de la
clase se acercaban para arroparla: manos que le rozaban el pelo, miradas de
complicidad, palabras de ánimo u odio hacia el otro… Todas, cada una a su manera,
le decían que no estaba sola, que entendían su dolor e incluso las pocas que no
tenían relación con ella sentían lástima por lo mal que lo estaba pasando.