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¿Pero de verdad tenemos el futuro tan negro? Que lo vamos a tener más difícil es seguro, ya nos lo están poniendo, ya. Que va a requerir un esfuerzo de adaptación por nuestra parte (esfuerzo, qué palabra más fea en boca de políticos, cómo se les llena), no nos quepa duda. Pero al final será tan negro como lo queramos ver y sobre todo, tan negro como dejemos que nos lo pongan.
Desde el lado oscuro, desde las
cocinas políticas y financieras, nos lo están cocinando tan negro, tan crudo y
especialmente tan irremediable que sólo cabe esperar que nos lo comamos con
resignación. Las cocinas del dinero no entienden otra técnica culinaria que lo
crudo, que el recorte, que el esfuerzo por tragarlo, te guste o no. En nuestra
mano está mejorar el plato que nos ofrecen.
En cualquier caso el negro es un
color elegante y estiloso. O hablando con propiedad, la ausencia de color, una
ausencia glamorosa que da, tanto al plato humilde como a quien se viste con él,
ese aspecto noble que poseen los linajes de renombre.
Riámonos pues del lado oscuro;
homenajeemos a ese hipotético, probable e inhóspito futuro con un plato que
hace del negro su bandera, como un pirata al que llaman por su bravura el
Temido y del sabor su seña de identidad, que de tan sencillo, como la vida
misma, nos parecerá increíble lo bueno que está. Un plato de diario o de
fiesta, barato, arrogante, que te invitará a darte el pisto entre tus amistades
mientras seas capaz de mantener en secreto la simplicidad de la receta.
NECESITARÁS (para 4 personas)
- 1 paquete de ¼ Kg. de fideos finos negros o en su defecto de espagueti (en este caso deberás romperlos en pedazos de aproximadamente 3 ó 4 cm. Sale mejor con el fideo fino, pero si no los encuentras el resultado con el espagueti también es satisfactorio. Necesitará un poco más de tiempo para la cocción).
- 12 gambones.
- 1 cebolla mediana.
- 2 dientes de ajo.
- 1 tomate pequeño rallado.
- Pimentón dulce (si es de la Vera, mejor. Es un pelín más caro, pero vale la pena y el sabor es más refinado y característico).
- 2 bolsitas de tinta de calamar (de las que venden en la sección de congelados del supermercado)
- 1 brick de un litro de caldo de pescado (o caldo hecho por ti con pescado de roca…).
- Sal.
- Una punta de pimienta.
ELABORACIÓN
- Pela y corta los ajos y la cebolla muy fino. En una sartén amplia echa un buen chorro de aceite y sofríe a fuego medio-bajo. Cuando ya esté casi, ralla el tomate y añádelo al sofrito. Rectifica de sal y remuévelo de tanto en tanto hasta que reduzca y se evapore el agua de la cocción.
- Pela las gambas y corta cada una en unos 6 trozos aproximadamente. Añádelas al sofrito cuando éste esté a punto de terminar de hacerse y una puntita de pimentón. Remover y rehogar 1’.
- Añade las dos bolsitas de tinta de calamar y remueve.
- Añade el paquete de fideos al sofrito y sofríe 1’.
- Añade 1/2l de caldo caliente y dejar que lo absorba los fideos dejándolos al gusto, secos o melosos removiendo de vez en cuando.
NOTA
El huevo le viene muy bien a esta
receta. Yo le pongo encima a cada ración un huevo frito de codorniz, añadiendo
al sabor marino del plato la untuosidad y delicadeza del mismo.
MÚSICA PARA ACOMPAÑAR
Para la elaboración: Radiohead, "Creep"... perfecto.
Para degustar: La delicada y sensual voz de Bebe, "Mi guapo".
VINO RECOMENDADO
Gran Feudo Rosado.
DÓNDE COMER
Lo ideal es en la terraza, junto
al mar, con las olas y la música meciendo la noche. Si vives en un cuarto sin
ascensor, no te preocupes, está igual de bueno, pero deberás currártelo más con
tu pareja, unas velas y Bebe te ayudarán, no lo dudes.
QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS
Si te lo has montado bien, una
noche de pasión será suficiente.