jueves, 31 de octubre de 2013

Jalogüines indignados...pero no tanto, de todos los Santos

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Yo he visto cosas que jamás creeríais: He visto hospitales sin listas de espera y jubilados con buena pensión. He visto indemnizaciones de 45 días por año trabajado y jornadas de trabajo de 8h remuneradas con dignidad. He conocido empresas que pagaban justamente a jóvenes preparados y cargados de ilusión. He visto aulas de 20 alumnos y conocido el cheque-comedor y las becas escolares. He conocido personas que una vez jubiladas, tuvieron años por delante para disfrutar. He visto dimitir gobernantes irresponsables empujados por la fuerza ciudadana e inmensas manifestaciones pacíficas atacar naves en llamas más allá de Orión, sin que la policía pudiera hacer nada…Todos esos momentos se han perdido…en el tiempo…como lágrimas en la lluvia…Es hora de…Jalar.

Porque somos como replicantes bajo la lluvia decepcionados con lo que vemos y sobre todo porque para tragar con cuanto nos están haciendo son necesarias muchas entrañas, aquí te presento esta receta, para el medio o de segundo. Un plato casi, casi con nombre de infante real, que además está de infarto: Montaditos de hígado de cordero, a los que llamaremos Jalogüines, acompañados de puré de calabaza. Pura joyería de la casquería fina; sin tapujos y a pecho descubierto.

Y los llamaremos así por tres razones: primero, porque de lo que se come se cría, y hay que tener un hígado muy fuerte para aguantar a todos estos personajes que nos están robando dinero y, sobre todo, derechos sociales. En segundo lugar, porque es Halloween, y este es un jalo ganador, como su nombre indica y además suena igual: Jalogüín. Y por encima de todo, porque está delicioso, porque es un bocado sin filtro, sin concesiones y caníbal, que te convertirá, en una noche tan especial, en un Hannibal Lecter despiadado en la mesa saboreando las entrañas con delectación y, con los ojos entornados, disfrutando al pensar lo que darías por ver a estos sinvergüenzas encerrados en una habitación a solas con Paquita la del Barrio enfadada de verdad: todo un espectáculo de día de difuntos…Umm, ya lo creo que sí.

¿Sabes? Ojala pudiéramos charlar más rato, pero he quedado con un viejo amigo para cenar.
Que aproveche.   


NECESITARÁS (para 4 personas)

  • 12 filetitos de hígado de cordero (o de ternera; en este caso con 3 ó 4 es suficiente).
  • ¼ kg de calabaza.
  • 12 rebanadas de pan de semillas.
  • 1 cebolleta grandecita.
  • 2 cucharadas de azucar.
  • 1 copita de oporto.
  • 1 guindilla (opcional).
  • 250gr de calabaza.
  • 1 pastilla de caldo de pollo.
  • 125cl de agua.
  • ½ cucharadita de Curry.
  • Una punta de pimienta y sal.
  • Un puñado de piñones.
  • Sal en escamas.
  • Sal negra (opcional).
  • Aceite de oliva virgen extra para freír.

ELABORACIÓN

  1. Corta la cebolla muy fina y ponla a sofreír en la sartén a fuego lento. Cuando la veas que se pone transparente añádele las dos cucharadas de azúcar y la copa de oporto. Deja que reduzca y adquiera un bonito color tostado. Ya tienes cebolla caramelizada.
  2. En una sartén con aceite caliente pon los piñones, muévelos y retíralos cuando los veas tostados.
  3. En ese mismo aceite añade una guindilla. Mueve un poquito para que éste adquiera cierto punto picante (opcional) y ve sofriendo los trozos de pan. Pon en un papel absorbente y reservar.
  4. En una cazuela poner la calabaza troceada, el agua, la pastilla de caldo de pollo espolvoreada, el curry, la puntita de pimienta, un chorrito de aceite y sal al gusto. Cocer hasta que la calabaza esté hecha y pasar por la batidora. Debes obtener un puré consistente, por lo que si crees que te quedará blando, quítale líquido antes de batir.
  5. Pasa el hígado por la sartén donde has frito el pan y hazlo hasta que lo veas ligeramente tostado (a mi me gusta más bien hecho, pero eso va a gustos).
  6. Montar los jalogüines: poner una cucharada de cebolla caramelizada en cada trozo de pan, sobre ella un trozo de hígado, añadir unos piñones y espolvorear sal en escamas por encima.
  7. Emplatado: en plato estrecho y rectangular, colocar los tres jalogüines y entre ellos el puré de calabaza (con manga pastelera te quedará de muerte) decorado por encima con pimienta negra molida o sal negra.
  8. Umm, están de aullido.

NOTA

El pan frito en el aceite con guindilla esta delicioso en este montadito, pero si lo prefieres puedes dorarlo en el horno o tostador, también está muy bueno.
El tipo de pan es de tu elección pero el de cereales los hace más buenos y les aporta más sabor.


MÚSICA PARA ACOMPAÑAR

Para la preparación: Rata de dos patas, de Paquita la del Barrio. Ve calentando motores con tu ensoñación caníbal.
Para degustar: Satisfaction, de The Rolling Stones. ¿Qué mejor que el mensaje de sus satánicas majestades en una noche como ésta?.


VINO RECOMENDADO

Monólogo, tinto Crianza.11. DO Rioja.


DÓNDE COMER

Sobre lapidita de mármol a la luz de unas velas y con flores frescas o, si dispones de él, en el panteón familiar. Pero, si no obtienes los permisos pertinentes para ello, cosa que entra dentro de lo previsible, invita a tu amiga Almudena; te sentirás como en el cementerio y además el pincho te sentará de muerte.


QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

Exponerte a un susto mayúsculo, como que te toquen la puerta en fecha tan señalada, abrir y ver a Montoro mirándote fijamente y decir “¿Truco o trato?”. Creo que un tiro no es más efectivo.
 

domingo, 27 de octubre de 2013

Atunsiasmado con su cuerpo


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(Receta inspirada en un tartar de atún del restaurante Canalla Bistro de Ricacd Camarena).
Dicen que los ordenadores de quienes nos gobiernan tienen un icono donde pueden indicar  Me gusta o Me gusto indistintamente y hay muchos que lo funden de tanto usar este último. Debe ser una leyenda, pero ¿sabes?, hay un no sé qué en el político moderno y cuanto le rodea que desprende cierto tufillo a seductor. Y de esto no tiene la culpa el chachachá: la culpa es de la tele y la fascinación por el glamour, el triunfo y el dinero. Antes, cuando ésta no existía y el político sólo contaba  con la radio para exponer su capacidad dialéctica, su discurso se mostraba estructurado y rico, y pese a la retórica política, con contenido, porque las únicas armas de seducción eran la voz y la palabra, ofreciendo alegatos y réplicas cargados de ingenio y belleza y en muchos casos con un valor literario indudable. Oyendo algunos de ellos, da la sensación que fuera la gloria y el afán por el servicio público lo que les motivaba, unos intereses al parecer muy alejados de la imagen que transmiten hoy en día, aparentemente obnubilados con la fama y con sus brillos, dada la naturalidad y el aire seductor con que se enfrentan a la cámara, desde el más feo al más sosito.

Y es que una cosa es la erótica del poder y otra muy distinta erotizarse con uno mismo y creérselo; al menos es lo que transmiten, empaquetados en sus trajes y perfectamente encorbatados para la faena. Incluso hay quien pone ojitos y lanza mensajes sublimizares cargados de feromonas, como si hubiera más testosterona en una rueda de prensa para notificar la subida de la prima de riesgo que en una competición de culturistas.

La imagen ha vaciado de contenido el discurso y ha reforzado el continente; un continente la mayoría de las veces limitado y poco agradecido, pero pagado consigo mismo. Auténticos narcoléxicos de la palabra, capaces de fundir de puro aburrimiento al más pintado, el contenido lo presentan lleno de información carente de significado, donde los datos estadísticos y los eufemismos sustituyen al mensaje verdaderamente importante…siempre y cuando no consideremos que el mensaje verdaderamente importante sea la propia imagen.

Tal vez sería conveniente con estos políticos, con estos hombres de estado, burócratas, empresarios, financieros y especuladores del más alto nivel, los emperadores del s. XXI,  ponerles un funcionario a sus espaldas con el único cometido de recordarles  al oído que no son más que hombres; hombres con minúscula, por supuesto, no dioses. Ya lo hacían los romanos con los césares en sus entradas triunfales en Roma. No sé si valdría de mucho, pero al menos crearían un buen número de empleos.

Sí, se ven guapos, glamorosos y seductores. Como el Atunsiasmado con su cuerpo, un tartar de atún tan satisfecho de sí mismo que nos lo comeremos crudo, pero que, a diferencia de los otros, este sí es un seductor de verdad al que le sobra belleza y glamour para hartar y no impostura, en el plato y en la vida.
Vas a disfrutar como nunca hubieras imaginado con esta receta. Incluso puede que hasta te pongan a ti también ojitos. Así que cuidado delante de quién te sientas.

Advertencia: Este plato alimenta el ego, por lo que su consumo debe realizarse bajo la atenta supervisión de un amigo realista y sus certeras apreciaciones acerca de Vd. y su personalidad. No se han descrito efectos secundarios con una ingesta responsable y consciente. Si pese a todo, Vd. o alguna de las personas que le rodean percibe alguna modificación en su comportamiento que le hace creer ser más guapo, arrogante o engreído, suspenda inmediatamente su consumo y busque sin falta a ese amigo que le sobrecoge y tan bien le cae cada vez que le dice: “te voy a ser sincero…”
 
NECESITARÁS (para 4 personas)

  • Para el Atunsiasmado:
    • 400gr de lomo de atún o bonito.
    • 1 cebolleta (o puerro; yo prefiero cebolleta).
    • 2 aguacates.
    • 1 lima (o limón, pero mejor lima).
    • 4 cucharadas de salsa de soja.
    • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen.
    • ½ cucharadita de jengibre molido.
    • 1 cucharadita de mostaza a la antigua.
    • Un poquito de salsa Perrins (opcional, como todo en esta vida).
    • Pimienta y sal.
  • Para el aceite de pistacho:
    • 50gr de pistachos pelados y sin piel.
    • 100cl de aceite de oliva virgen extra.
    • Sal.
  • Para la vinagreta de tomate y la ensalada:
    • 1 bolsa de brotes de tiernos o de verdolaga que te guste.
    • 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
    • 2 cucharadas (ó 1 y ½ si te va más suave) de vinagre de manzana.
    • 1 tomate mediano.
    • Sal, un puntito de pimienta y orégano al gusto.

ELABORACIÓN

  1. Pica el atunsiasmado muy, muy fino (vamos, para tartar) y colócalo en un bol. Haz lo mismo con la cebolleta y mézclalo.
  2. Añade la ralladura y el zumo de media lima y el resto de ingredientes, y remueve muy bien para que el conjunto se impregne bien de los sabores. Tapa y mételo en la nevera al menos durante una hora para que se macere y unifique el sabor.
  3. Pon los pistachos en el vaso mezclador junto con el aceite y la puntita de sal y bátelo a potencia media hasta que veas que el aceite queda trabado con los pistachos triturados. Puedes hacerlo también en el mortero, pero con la batidora queda muy bien y son 20’’. Eso sí, procura que el pistacho no lleve piel. Si puedes quitársela con facilidad, escáldalos unos segundos y saldrá enseguida. Sécalos antes de batir. Reservar.
  4. Para la vinagreta de tomate, escalda ligeramente el tomate y pélalo. Quítale la semilla y córtalo en trocitos muy pequeños (también puedes poner pimiento de diferentes colores si lo deseas; le queda muy bien). Mezcla el aceite, el vinagre, la sal la pimienta y el orégano y mézclalo bien. Añádele el tomate, vuelve a mover y reserva.
  5. Pela el aguacate (debe estar maduro pero entero, para nada blando o será imposible de cortar). Con la mandolina de cocina córtalo en láminas finas.
  6. Corta un trozo de papel film y ponlo en el banco de trabajo. Sobre el mismo verter unas gotas de lima, extender con los dedos y colocar, montadas ligeramente unas sobre las otras, las láminas de aguacate. Dos tiras de aguacate que formen un rectángulo de unos 15cm de largo serán suficientes por comensal.
  7. En el centro del rectángulo y a lo largo dispón un cordón de atunsiasmado. Y ahora viene cuando la lías. Si eres fumador de tabaco de liar o has liado algún que otro porro en tu vida, es posible que te resulte muy fácil la operación; en cualquier caso es sencillísima: ayudándote del papel film, enrolla el aguacate formando un canelón. Coge el papel por los extremos y dale vueltas al conjunto para que el mismo quede bien formado, apretado y consistente. Retira el papel y échale al canelón unas gotas de lima de nuevo.
  8. Montaje del plato: Dispón el atunsiasmado en el plato y échale por encima una cucharadita de aceite de pistacho y un poquito alrededor. Junto a él enmolda la ensalada y añádele un par de cucharaditas de vinagreta de tomate, retira el molde con cuidado y deja caer alrededor algo de la vinagreta y trocitos de tomate.
  9. Umm. No tienes escapatoria. Se van a enamorar de ti.

NOTA

Las proporciones de salsa de soja y especias las he puesto a mi gusto (a mi me van los sabores un pelín fuertes y subidos de tono) por lo que te sugiero que vayas probando hasta acertar con el tuyo.
Si no tienes tiempo o no te atreves con el canelón de aguacate, también queda muy bien enmoldado. En este caso, juega con diferentes formas en el momento de presentar la ensalada y el atunsiasmado.


MÚSICA PARA ACOMPAÑAR

Para la elaboración: For WhatIt’s Worth, de Buffalo Springfield. Porque calentar motores y usar la mandolina al ritmo del punteo de su guitarra es toda una experiencia.
Para degustar: Eternal Sunshine of The Spotless Mind. Besos sabor a aguacate, la suave melodia…uff, pocas cosas tan seductoras.


VINO RECOMENDADO

Homenaje, rosado 11. DO Navarra.


DÓNDE COMER

Es un plato que enamora y sobre todo para enamorar, por tanto en mesita para dos bien vestida, protegidos por la tenue luz de unas velas, la suave melodía de Eternal Sunshine y la arrebatadora mirada de deseo atravesando la distancia que os separa, como un resplandor largamente anhelado.


QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

Ya que el deseo es una emoción aérea, vuela, flota hasta el objeto de tus anhelos, sin red, sin paracaídas, a tumba abierta. El deseo requiere de tantas calorías, que con solo mirar apasionadamente quemamos cuanto ingerimos y ardemos.
Eso sí, procura no ser fogonazo…sé, más bien, fogonero.

martes, 22 de octubre de 2013

Modesto de patata con su dignidad

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La patata es esa modesta piedra preciosa de polvo y tierra engarzada en el estómago desesperado de media humanidad durante siglos y capaz de sustentarlo con humildad, pero orgullosa. Y en cierto modo somos como ellas: pequeñas joyas que alimentamos un sistema del que no obtenemos el reconocimiento a nuestra labor y en el que continúas con ese orgullo que brota de sentirte digno por lo que haces y por quién eres. Y porque en el fondo sabes que si dejas de alimentarle, como a ese enorme agujero negro que engulle cuanto le echen sin ningún reparo ni empatía, éste se muere y quién sabe si tú también.
Esta reina de la bisutería silvestre se nos presenta en esta receta modesta por patata, que no por presencia, pero dignamente acompañada por dos galanes sencillos y de altura: Panceta y Mozzarella; dos superhéroes que acuden al auxilio de esta chica supuestamente en apuros, que por sí sola y en confianza ya es capaz de encandilar tanto a los paladares exigentes como a los amantes más experimentados. Un triángulo amoroso que lejos de ser conflictivo se lleva a las mil maravillas.

Que lo disfrutes.


NECESITARÁS (para 4 personas)

  • 4 patatas medianas.
  • 24 tiras muy finas de panceta. Yo he utilizado panceta ahumada, que le da un toque muy bueno. También puedes utilizar lonchas finas de jamón.
  • 8 lonchas de queso mozzarella o de rulo, al gusto.
  • Un poco de queso mozzarella rallado.
  • Sal y pimienta.

 
ELABORACIÓN

  1. Se lavan las patatas y se ponen a cocer enteras y con piel en una cazuela con agua y sal durante 35’-40’ aproximadamente (ve pinchando con cuidado con un cuchillo o la varilla de un pincho moruno, por ejemplo). Deben quedar cocidas pero enteras. También puedes asarlas al microondas durante 15’; en este caso, peladas, salpimentadas y con una gota de aceite. Quedan muy bien.
  2. Una vez cocidas, sacar y dejar enfriar. Pelar y partir longitudinalmente en dos mitades. Salpimentar ligeramente por ambos lados.
  3. Colocar sobre cada media patata un trozo de queso que la cubra.
  4. Disponer una tira de panceta longitudinalmente envolviendo la patata y otras dos transversalmente, de forma que la patata quede envuelta en su totalidad formando un saquito. También puedes hacerlo con lonchas de jamón.
  5. Poner sobre cada saquito un poquito de mozzarella rallada y meter al horno a 200º hasta que el queso funda y la panceta se dore un poquito (unos 10’-12’ aproximadamente).
  6. Vas a disfrutar como un agujero negro a punto de tragarse un planeta…el planeta patata.

NOTA

Un efecto espectacular: antes de poner el queso y envolver la patata con la panceta, la vacías un poquito por el centro, cascas un huevo de codorniz y lo echas ahí; después pones el queso y formas el saquito con cuidado. El huevo se cocerá junto al resto de ingredientes en el horno y cuando cortes la patata la yemita estallará. Ni te cuento lo bueno que está; ya lo descubrirás.


MÚSICA PARA ACOMPAÑAR

Para degustar: Walk on the Wild Side, de Lou Reed...Un par de galanes estilosos y geniales que siempre, siempre están a la altura.


VINO RECOMENDADO

Vega Infante madurado en barrica DOC Requena-Utiel


DÓNDE COMER

En casa, sobre la mesa, bajo ella, en el ascensor (si tienes prisa), pedaleando, con las manos o con cuchillo y tenedor… Es que, vamos, eres pura indecisión ¿Tú tienes hambre? Pues come y calla, que siempre estás poniendo pegas.


QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

Buscar un sitio adecuado durante dos horas para decidir dónde comerlas. Dada tu indecisión, recomiendo buenas zapatillas e iniciar la búsqueda antes de ponerte manos a la obra, si no quieres comerlas frías.
 

miércoles, 16 de octubre de 2013

Patatas sodomizadas sobre salsa resiliente

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¿Por qué el beneficio es privativo del empresario y las perdidas las ha de asumir el trabajador? ¿Por qué cobras siempre lo mismo cuando las cosas van muy bien y cuando no son tan favorables te despiden o te reducen el sueldo y aumentan la carga horaria? ¿Por qué los gobiernos legislan para que esta situación pueda darse? (a fin de cuentas son ellos quienes establecen los cauces por donde deben moverse las relaciones laborales). Sencillamente porque se aprovechan de ti y no te tienen ningún respeto. Te están sodomizando, laboral y socialmente y te están repitiendo como un mantra infame que no hay otro camino más allá de tu propio sacrificio; que esa es “la senda de la recuperación” (¿de quién? cabría preguntarse). En definitiva, que tú eres la puta y además vas a pagar la cama. Es tan viejo como el mundo, salvo que ahora hay móviles e Internet.

Qué quieres que te diga, al menos pongámonos vaselina, aunque tengamos que pagarla nosotros; sí, ya lo sé, una vez más, pero qué más da. Dignifiquemos el paso del Rubicón; dulcifiquémoslo. No hay vuelta atrás, sólo te queda enfrentarte, y mientras tanto, disfrutar, porque eso sí que no te lo puedes permitir: que te amarguen.

Este plato hace alusión precisamente a la afición sodomítica que tienen empresarios, estados y finanzas; a su aversión a las relaciones horizontales y consentidas; a su afición a la fuerza y a lo perverso. Y de esta forma, a modo de metáfora, unas patatas rellenas con longaniza sobre salsa ligera se convierten en un homenaje a aquellos que pese a todo tienen la voluntad, el coraje y la osadía de seguir adelante.


NECESITARÁS (para 4 personas)

  • 4 patatas nuevas grandecitas.
  • 5 longanizas.
  • 4 alcachofas.
  • Aceite suficiente para freír ligeramente.
  • Sal y pimienta.
  • 125cl de vino blanco.
  • 125cl de agua.

ELABORACIÓN

  1. Pela las patatas, lávalas y con el descorazonador (y no es una metáfora ni un novio borde) vacíalas por el centro lo justo para poder sodomizarlas después con las longanizas (hasta los actos más serios requieren de preparación especial). Es conveniente que el vaciado atraviese enteramente la patata para que la longaniza la penetre en toda su extensión.
  2. Coge las longanizas y, como si las operaras de fimosis, libéralas de la piel que las recubre. Acto seguido sodomiza las patatas. Si por tamaño sobra algo, haz pequeñas bolitas, del mismo modo que con la longaniza sobrante, que sofreiremos también después.
  3. Pela las alcachofas hasta llegar al corazón. Córtalos en cuartos y mételos en una cazuela con agua y limón para que no ennegrezcan.
  4. Una vez sodomizadas las patatas, salpimentar al gusto y sofreír a fuego medio 3’ ó 4’, dándoles vueltas en una cazuela plana para que no se monten unas a otras.
  5. Pasado ese tiempo o cuando tú veas, añádele los restos de patata obtenidos en el vaciado (si lo ha hecho con cuidado quedarán cilindros como espárragos gordos), las bolitas de longaniza y los cuartos de alcachofa escurridos y sofreír 2’ó 3’.
  6. Añadir el medio vaso de vino y dejar que se evapore el alcohol (2’ aproximadamente).
  7. Añadir el agua (que esté caliente no vaya a endurecer la patata), bajar el fuego al mínimo, tapar y dejar que se cueza todo a fuego lento durante media hora aproximadamente, moviendo la cazuela por las asas de tanto en tanto para que el caldillo se trabe bien. (Para saber si se han hecho ve pinchando con cuidado la patata hasta que veas que están blandas).  
  8. Para emplatar, coloca uno de los espárragos de patata en el plato, sobre él, con cuidado, una patata y alrededor 5 cuartos de alcachofa, bolitas de longaniza, trocitos de patata y un par de cucharadas de la salsa por encima.
  9. Umm. Sinceramente, buenísimas. Ojalá cuando te sodomizan en el trabajo lo hicieran con tanta elegancia y procurando el mismo placer… 

NOTA

Estas patatas combinan muy bien también con judías verdes, aunque la alcachofa ofrece ese particular gustillo dulzón que les viene muy bien.
Puedes utilizar también carne picada en lugar de longanizas, aunque yo prefiero las longanizas porque ya llevan especias y su forma además es muy evocadora…

 
MÚSICA PARA ACOMPAÑAR

Para degustar: Paradise, deColplay.


VINO RECOMENDADO

Castillo de Liria, tinto joven. DOC Valencia.


DÓNDE COMER

¿En mesa redonda, alargada, cuadrada? ¿Solo, en compañía? ¿En tierra, mar, aire? Qué más da, están deliciosas. Eso sí, es obligado sentarse sobre flotador para sobrellevar solidaria y metafóricamente el trauma causado a la patata en el proceso sodomizador.


QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

Una hora de ejercicios variados será suficiente, procurando evitar cualquier movimiento que implique genuflexión.
 

jueves, 10 de octubre de 2013

Patatas "enfortunadas"


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El tema está muy claro, sólo hay dos modos en que un asalariado puede enriquecerse: por suerte o por vías poco o nada lícitas. No conozco a ninguno que con  los ingresos de su paga se haya hecho millonario, por buena que ésta sea. Sí conozco muchos que saben administrarse con mucha dignidad, pero administrar no deja de ser elegir opciones y cuando tu futuro depende de tu capacidad para gestionar  tus ingresos es porque no te puedes permitir todos los caprichos que desearías, sencillamente porque no eres millonario. También conozco impostores que lucen muy bien y no tienen dónde caerse muertos. En el fondo esa capacidad de fingir debe requerir de un esfuerzo tan hercúleo que mueve a tenerles lástima y admiración a partes iguales. Por supuesto, tampoco es problema para el ricachón auténtico, porque éste puede elegir sin ninguna preocupación la opción de parecer más o menos rico, seas por pudor o  por una cuestión de moda.
Los únicos asalariados que he visto enriquecerse han sido los que vieron cómo unas tierras que poseían y que nunca valieron nada de repente multiplicaron su valor por cien o aquellos otros que siguiendo la estela de la especulación compraban y vendían inmuebles antes de que se hubiera puesto el primer ladrillo, como en un Monopoli de carne y hueso. No es que fueran afortunados, que también, es que se “enfortunaron”. En el fondo  no eran más que las migajas de un inmenso negocio que convirtió en Midas a constructores, promotores, bancos y muchos políticos que fascinados por el mar de dinero que se movía se vieron arrastrados por la turbulenta corriente de millones.
Como esos asalariados, ingenuos y afortunados que de la noche a la mañana se hicieron ricos, esta receta convierte a la humilde patata en un bocado digno de las cuentas corrientes más solventes. Un plato para el medio; un bocado exquisito, próspero y enriquecido que te sorprenderá por su sencillez y con el que quedarás como un magnate de la cocina.


NECESITARÁS (para 4 personas)

  • 4 patatas medianas.
  • 5 dientes de ajo.
  • Un ramillete de perejil.
  • 2 cucharadas de almendra molida.
  • 1 cucharadita de pimentón dulce de la Vera.
  • Aceite suficiente para sofreír las patatas.
  • 100gr. aproximadamente de gulas.
  • 1 pastilla de caldo de pescado y 1/2l de agua o 1/2l de caldo de pescado (hecho por ti o comprado). Yo hoy he utilizado la pastilla y ha salido buenísimo también.
  • 1 huevo (ó 2, según lo huevón que seas).
  • Una trufa (pequeña, de esas que venden en tarritos en Mercadona es más que suficiente).


ELABORACIÓN

  1. Pela las patatas, lávalas y rómpela en trozos con el cuchillo (mejor romper que cortar del todo porque atará mejor el caldillo y se impregnará perfectamente de los sabores). Ponerlas en una sartén grande, a fuego medio, cuando el aceite esté caliente y sofreís durante 2’ ó 3’ dándoles vueltas.
  2. Apartar del fuego, retirar un poquito las patatas y echar el pimentón. Remover bien  hasta que las patatas adquieran un bonito color rojizo (como si fuera para bravas). Reservar.
  3. En un mortero poner la almendra molida, 3 dientes de ajo finamente cortados, el ramillete de perejil bien picado y una pizca de sal. Machacar con la mano del mortero hasta conseguir una bola donde todos los ingredientes estén bien amalgamados.
  4. Vierte en el mortero un poquito de agua y diluye en ella la bola. Añadir a las patatas y remover para que se reparta bien. Volver a poner al fuego para cocer a fuego lento.
  5. Disolver la pastilla de caldo en el resto de agua caliente y añadir al guiso. Dejar cocer removiendo de tanto en tanto por el mango de la sartén. Cuando el líquido haya reducido y adquiera un aspecto meloso, ya estarán. En cualquier caso, ve probando para asegurarte.
  6. Mientras tanto, corta finamente los otros 2 dientes de ajo y junto a la guindilla sofríe durante unos segundos. Añádele las gulas y remueve durante 1’. Retíralas del fuego.
  7. Sofríe el huevo.
  8. Pon en una pequeña paella o bandeja de barro las patatas, encima las gulas y sobre ellas el huevo. Para rematar ralla sobre el conjunto la trufa.
  9. Umm. Esto sí es un enriquecimiento ilícito…para el paladar.
 
NOTA

Es un plato para el medio; sin embargo, si prefieres ponerlo en raciones individuales, te sugiero que utilices un molde redondo para presentarlo con estilo y le coloques encima un pequeño huevo de codorniz. También queda muy bien en cazuelitas de barro. Con cualquiera de las dos presentaciones el éxito está garantizado.


MÚSICA PARA ACOMPAÑAR

Para la elaboración: La Bien Pagá,Bebo & Cigala.


VINO RECOMENDADO

Finca la Estacada, 6 meses en barrica, 2011. DO Uclés.


DÓNDE COMER

Difícil elección, aunque estarán igual de buenas independientemente del lugar que escojas; eso sí, obligada la superficie plana y estable.



QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

Un cursillo de iniciación a aizcolari para garantizar el gasto calórico y el aprendizaje del corte con decisión y sin remordimientos.
 

domingo, 6 de octubre de 2013

Lentejas indignadas

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(Receta proporcionada por Alberto Lluch, jefe de cocina del Alameda Palace de Valencia, chef de brillante futuro, indignado como el que más, pero contento y amigo).

Sí, hasta la humilde lenteja está indignada. Humilde por pequeña, desde luego, pues con fronteras tan limitadas ha salvado del hambre al pobre como ningún otro alimento  regalándole sus cualidades  sin pedir nada a cambio desde la alta edad media. Ha sido proteína y vegetal; centro, primero, segundo y tercero; sustento universal, sin más y aunque por fiel y cotidiana se le ha querido ignorar, son tantas sus cualidades que se convierte en imprescindible y más en los tiempos que corren.
Es, por tanto, una heroína; una heroína indignada y superviviente que quiere hablar. Dice que está harta, harta de desplantes en el plato y de lo que ve, sobre todo de lo que ve. Que está cansada de competir con colegas de apariencia más sabrosa y cosmopolita, que los eternos momentos en espera de ser comida frente al televisor le permiten estar al día de cuanto sucede y le confirman la necesidad de hacer algo. Y esto es lo que nos propone: una versión de sí misma, con careta de cerdo y chorizo picante, sin tapujos y a cara descubierta; o lo tomas o lo dejas. Una metafórica invitación a comerse a quiénes tan indignamente se comportan: cerdos y chorizos de traje y corbata. Los hijos devorando por fin un Neptuno sin futuro y la punzada sutil y justa, levemente indignada, de un picante capaz de subir la moral al más pintado.


NECESITARÁS (para 4 personas):

  • 2 dientes de ajo.
  • 100cl de aceite
  • 2’2l. de agua.
  • 1’2kg de cebolla tierna.
  • 300gr de huesos de jamón.
  • 1 cucharada no colmada con ¾ partes de pimentón dulce y ¼ de pimentón picante, a poder ser de la denominación de origen de la Vera.
  • 100gr de zanahoria.
  • 1 hoja de laurel.
  • 300gr de lenteja rubia castellana (déjalas el día anterior a remojo. También puedes utilizar lentejas rápidas, pero éstas son mucho más sabrosas y lo único que requieren de más es remojarlas con antelación).
  • 250gr de careta de cerdo.
  • 80gr de chorizo seco picante.
  • Sal
  

ELABORACIÓN

  1. Cortar muy fina la cebolla y freír hasta dorar en una olla grande.
  2. Mientras se sofríe,  pelar y cortar en trocitos pequeños la zanahoria y el chorizo en rodajas y añadir.
  3. Una vez sofrito lo anterior se añaden los ajos chafados y sin pelar, la cucharada de pimentón, la hoja de laurel, los huesos de jamón, el agua, las lentejas y la careta troceada (sí, ya sé que la imaginación vuela libre en la cocina, pero trocéala con delicadeza y sin dejarte llevar por la indignación. Si eres de los que no pueden evitarlo, que el carnicero lo haga por ti).
  4. Cocer durante 25’ desgrasando de tanto en tanto la superficie con una rasera o cacito.


NOTA
               
Las lentejas van muy bien con el arroz blanco, potencian su sabor y se convierten en un alimento  perfecto y nutricionalmente muy completo. Dispón en el medio del plato un vasito de arroz y alrededor las lentejas y tendrás una presentación atractiva y muy apetitosa.


MÚSICA RECOMENDADA

Para la elaboración: Sweet Dreams, de Marilyn Manson. 


VINO RECOMENDADO

Coto de Hayas, crianza. DO Campo de Borja


DÓNDE COMER

Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío, pero dado que no estamos para perder el tiempo y sí para disfrutarlo, se recomienda comerlas bien calientes, en mesa familiar y buena compañía cuya conversación vehemente e irónica colme de paz interior el espíritu de los presentes.


QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

Pues a tu manera, cómo va a ser si no: con muchos aspavientos en la sobremesa lentejera y risas. Es recomendable que los desplazamientos de la mesa al baño y  del baño a la mesa se realicen rápidamente para incrementar el gasto calórico.
 

miércoles, 2 de octubre de 2013

Flan Hessel


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Qué contradictoria es la naturaleza. A veces juega al escondite,  nos sonríe tras el cristal, nos mira y nos confunde: La noche y el día, el norte y el sur, arriba y abajo, dentro y fuera… ¿Qué hace ese joven ahí escondido, camuflado bajo el pelo blanco y ralo, bajo la mirada glauca, tras el rostro fruncido? Ese ímpetu juvenil en perpetuo movimiento no entiende de fronteras, es  elástico, se las salta a la torera. No tiene edad, ni quiere y escapa a borbotones por la mirada y por la palabra, por la expresión. Qué significado tan extraño el de su juventud,  entre el invierno de la experiencia, y el verano arrebatado de la actitud.
Jamás hubo viejo tan joven, ni joven tan mayor como par gritar con tanta fuerza y elegancia ¡indignación!
Y porque Stéphane Hessel, me sabe así, contradictorio en su contenido y su continente; porque fue capaz de mostrarnos el significado universal  de una palabra, se merece el pequeño homenaje de un plato. Un plato postrero y juvenil, casi tanto como él; el punto y seguido de una estupenda comida. Un plato que encierra en su interior la esencia de su propia contradicción: indignación, piña, coco…Sol.


NECESITARÁS (para 4 personas)

  • 400cl de leche.
  • 3 huevos.
  • 10 galletas napolitanas (las maría de toda la vida también dan buen resultado pero la canela de éstas le da un toque buenísimo).
  • 100gr de azúcar.
  • El mismo volumen de coco rallado que de azúcar.
  • Caramelo líquido (puedes hacerlo tú o comprarlo.Yo he utilizado uno de supermercado).
  • 4 rodajas de piña de bote.
  • 50cl de oporto o jerez dulce.

ELABORACIÓN

  1. Poner todos los ingredientes en un vaso batidor menos el caramelo líquido, la piña y el oporto. Batir.
  2. Cubrir con caramelo líquido el fondo de una flanera grande y verter el contenido del vaso batidor. Tapar con papel de aluminio y meter al baño maría en el horno 30’, a 200ºc,  previamente precalentado 10’.
  3. Mientras tanto,  verter en un cacillo el oporto y cocer a fuego lento, removiendo de vez en cuando con la cuchara de madera, hasta que reduzca y pierda el alcohol. Añadir la piña troceada a la reducción y batir. Si crees que te queda algo espesa la salsa, añádele caldo de la piña hasta que coja la textura que te gusta. 
  4. En un  extremo de un plato rectangular pon una buena cucharada de salsa de piña y alárgala con gracia con la cuchara o el pincel de cocina.
  5. Desmolda el flan (una vez frío o no podrás) y corta un par de porciones poniendo una sobre la cucharada de salsa de piña y la otra montando ligeramente encima.
  6. Espolvorea un poco de coco rallado por el plato para decorar.
  7. Ummm, es indignante lo bueno que llega a estar.


NOTA

Un oporto o jerez blanco en lugar de tostado potenciará el color de la piña y el contraste con el flan y el caramelo será más aparente.


MÚSICA PARA ACOMPAÑAR

Para la elaboración: Sugar Men,de Sixto Rodríguez.


VINO RECOMENDADO

Solera 1847, de González Byass. Imprescindible muy, muy frío.

DÓNDE COMER

Te va a dar igual porque creerás estar en el paraíso.


QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

Salir a la plaza y ponerte al Sol…o a la sombra, qué más da y pasear y estar y no parar e incomodar, incomodar mucho para una buena digestión.