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El gobierno se enroca. El PP se
enroca. Rajoy se enroca. Con la nueva Ley de Seguridad Ciudadana y el
planteamiento de la ley de regulación de servicios mínimos que limitará el
derecho a huelga, el gobierno se blinda frente al ciudadano y, como los pulpos,
se enroca frente a él y se protege. El propósito es muy claro: dificultar y
silenciar cualquier tipo de protesta. Unas leyes que coartan y restringen los
derechos del ciudadano hasta convertirlo en una parodia de sí mismo. Un gobierno
que extiende sus tentáculos en todos los ámbitos de la sociedad para
controlarla, manipularla y amordazarla. El mito Orwelliano hecho realidad una
vez más. No solo se lanza al cuello con voracidad vampírica, es que además no
quiere que te quejes. Le molesta. Le molestas con tu incómoda e inoportuna
costumbre de gesticular desesperado mientras te asfixia y te quita la sangre, y
cuando protestas y te rebelas, legisla con rapidez y se enroca como un pulpo
huidizo y acobardado.
Primero fueron los movimientos
sociales nacidos con el 15M. Luego, se ha Colau un Ada buena en nuestras vidas
a través de la PAH (ya hablé de ella y su magia en los post: Mejillones
embargados y Cañaíllas desahuciadas de 9 y 13 de septiembre respectivamente)
que ha mostrado a un gobierno y a un sistema bancario egoístas, inhumanos,
manipuladores y cómplices en el drama de miles de familias para el que no
encuentran solución, ni quieren. Por
último, la valiente huelga de los servicios de limpieza de Madrid, que ha
puesto contra las cuerdas la imagen de una ciudad a través de la nefasta y
prepotente gestión del conflicto por parte de su ayuntamiento. Y entre tanto, las manifestaciones y protestas de una
sociedad que ante tanta injusticia se rebela pacíficamente.
Frente esto, la respuesta del
gobierno es clarísima: me molesta que te quejes; respuesta que, al mismo
tiempo, indica el camino a seguir: todos juntos y a la calle; a las nuestras y
a las suyas, a las de todos; a las avenidas, a las plazas, frente a sus casas y
donde vivimos; donde trabajan y
trabajamos.
Ya es hora que, como los animales
de Orwell en la granja Manor, tomemos cartas en el asunto. Porque, por muy triste que parezca, el gobierno, haciendo suyo uno de los mandamientos de
aquellos, ha tomado como enemigo todo lo que camina sobre dos pies, y piensa
que prohibiendo todo movimiento tiene solucionado su problema, sin percatarse
que aquí el verdadero problema son ellos mismos.
Este plato simboliza los largos
tentáculos del poder encarnados en la musculada, blanca y delicada carne del
pulpo. Como él son capaces de llegar a todas partes, de hurgar los lugares más recónditos e
íntimos de los fondos marinos, extenderlos hasta los confines de lo privado
para acorralar y atrapar su presa; y como él, de despistar con su tinta
cuando se ve acorralado, confundiendo con demagogia su osadía, y escabullirse
hasta enrocarse acobardado en lo más profundo de una cueva y protegerse, sea
ésta de dura piedra, en forma de ingrata ley o, como en nuestra receta, de
sutil puré de patatas emboscado en posidonia.
No tienes más que entrar a por
él. Te aseguro que una vez apalizado y
cocido, aquella intimidante musculatura tan solo será un recuerdo terso y
delicado que nos hará soñar con paraísos nunca tan cercanos.
Que lo disfrutes.
NECESITARÁS (para 4 personas)
- 400gr de pulpo cocido.
- 200gr de puré de patata.
- 8 espárragos verdes.
- Un puñadito de grumos de brécol.
- 1 calabacín.
- Un puñadito de espaguetis de mar o cualquier otra alga (alga wakame, nori, kombu, arame…). Se puede prescindir de ellas, pero le da un toque marino más que interesante.
- 100cc aproximadamente de aceite de oliva virgen extra.
- Pimentón dulce de la Vera.
- 1 cucharada de ajoaceite.
- Un poco de perejil.
- 1 diente de ajo.
- 2 cucharadas de vinagre de manzana.
- 1 cucharadita de almendra molida tostada.
- Un poquito de sal.
- Sal en escamas.
ELABORACIÓN
- Si el pulpo no lo tienes ya cocido (lo puedes comprar, es más caro pero no falla) lo cueces. Para ello, en agua hirviendo con sal “asustas” 3 veces el animal metiéndolo y sacándolo, dejándolo al final cociendo aproximadamente 15’ por Kg. de peso. Ve pinchando y comprobando. Una vez cocido y frío, corta dos buenas patas y pásalas por todas sus caras por la parrilla o sartén con unas gotas de aceite cuidando que la piel no se desprenda, durante 5’ más o menos. Recuerda que hay que servirlo muy caliente, por lo que prepara primero lo demás antes de asar o calienta el conjunto una vez terminado.
- Haz un puré de patata, bien de bolsa o cociéndolas, 1/3 del cual lo mezclas con la cucharada de ajoaceite, otro 1/3 con un poquito de aceite y pimentón y el restante lo bates con un grumo de brécol cocido, de manera que obtengas diferentes colores para las rocas de puré con recuerdos marinos.
- Desecha la parte dura de los espárragos y córtalos por la mitad. Cuécelos al vapor durante 4’. Haz lo mismo con los grumos de brécol.
- Con una mandolina de cocina extrae láminas finas del calabacín una vez pelado y cuécelas al vapor durante 2’.
- Hidrata durante ½ h los espagueti de mar y pásalos después por el vapor 2’ para que cojan temperatura.
- Mezcla una cucharadita de pimentón con un poco de
aceite y bate. Obtendrás un aceite
de pimentón.
- Pica el ajo y el perejil muy finos y junto al aceite, el vinagre, una puntita de sal, la cucharada de almendra tostada molida y, si quieres, un poquito de pimentón, bate. Obtendrás una vinagreta.
- Emplatado: Sitúa las patas de pulpo en el medio remarcando las formas curvas del mismo y coloca con gracia, simulando rocas, los diferentes purés y las verduras y algas, de forma que nos recuerde un fondo marino de posidonia, alga y piedra. Esparce sal en escamas por el conjunto con generosidad, sobre todo en el pulpo y añade un poco de aceite de pimentón a una pata, a parte de las verduras, a la roca blanca y a la verde y vinagreta al resto.
- Sirve muy caliente y a triunfar. Vas a escoger pulpo como animal de compañía sin dudarlo y de por vida…aunque se llame Rajoy.
NOTA
Si no los encuentras (se vende en herbolarios) o lo deseas, prescinde de los espaguetis de
mar y crea tu fondo marino con las verduras que quieras o donde la imaginación
te lleve, aunque como te decía le da un toque de sabor muy interesante. Del
mismo modo, la vinagreta es opcional y puedes acompañar el conjunto, y sobre
todo el pulpo, con aceite y pimentón, aunque te aseguro que ésta le da un toque
al pulpo que te sorprenderá. Como te habrá sobrado, con patatas o pechuga a la
plancha está deliciosa.
MÚSICA PARA ACOMPAÑAR
Para la elaboración: Piece of my heart, Janis Joplin.
Para la degustación: Riders on the storm, The Doors.
VINO RECOMENDADO
Pazo, B-11. D.O.C Ribeiro
DÓNDE COMER
Es un plato con brillo, resultón
y glamuroso, marino y festivo, para comer sentado y bien vestido y también de
pie, cercando un tonel de taberna, con el tazón de ribeiro siempre lleno, o en
la calle, en la misma plaza de las Cortes, por poner un ejemplo; e invitando,
invitando a todo el que se acerque por allí, porque a diferencia de quienes se
reservan para sí lo mejor y lo protegen con descaro, este plato induce a
compartir y disfrutar sin pedir nada más a cambio.
QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS
Como es ligero y poco empachador
serán suficientes unas cuantas vueltas por esa misma plaza y las calles
aledañas; poca cosa en realidad, distendidamente, sin aspavientos, pero precavidos, no suelte algún vecino malhumorado los perros
y te toque correr.