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Llegados a un punto en que España
se ha convertido en el país de la OCDE donde
más han aumentado las desigualdades sociales, y a pesar de ello el
gobierno proclama el fin de la crisis y el inicio de la recuperación con un
descaro que resulta insultante para una clase media empobrecida y millones de
personas condenadas a la miseria, las Marchas de la Dignidad se convierten en una respuesta imprescindible y concluyente
para demostrar que los únicos brotes verdes que de verdad han germinado son los
que muestra la realidad: Que quienes han padecido y soportado el peso de este
saqueo económico y social han sido los ciudadanos, directamente en sus
bolsillos o a través de los servicios públicos que poco a poco están siendo
desmantelados.
Marchas de la Dignidad. Dignidad. Una palabra que abarca tantos
significados que en muchas ocasiones nos pasan inadvertidos: decencia, mesura,
vergüenza, honestidad, honradez…lo único que posee el que no tiene poder, lo
que le sobra; lo que les falta a quienes nos han traído hasta aquí. Se tiene o
no se tiene. Ni se da, ni se exige.
Casi al final de la película de Novecento,
cuando Alfredo (Robert de Niro), el Patrón, es apresado y Olmo (Gerard
Depardieu), campesino y partisano, su antagonista, convoca un tribunal popular
para juzgarlo, este último, mirando a la cámara, dice: “Los fascistas no son
como los hongos, que nacen así en una noche, no. Han sido los patronos los que
han plantado los fascistas, los han querido, los han pagado. Y con los
fascistas, los patronos han ganado cada vez más, hasta no saber dónde meter el
dinero (…) Pero siempre pagamos nosotros. ¿Quién paga? El proletario, los
campesinos, los obreros, los pobres”.
Unas palabras tan de actualidad,
una realidad tan aceptada, que da igual el contexto histórico en que las
sitúes, tan solo has de cambiar el modo de vestir. Tantos paralelismos entre
Novecento y el momento que vivimos para explicar los mismos conflictos, que
provoca desasosiego: Patronos o empresarios frente a campesinos o asalariados,
fascismo o neoliberalismo frente a comunismo o socialismo, norte frente a sur…
pasividad o acción.
Hay muchas razones que justifican
las Marchas de la Dignidad, tantas como
injustificables las que puedan manejar los medios de comunicación generalistas para
casi silenciarlas o decir muy poco: si
no hay noticia no existe; tantas como personas participan en ellas o las animan.
Pero por encima de todas está la que las fundamenta: la dignidad del ciudadano.
Este plato esta dedicado a todos
aquellos que se sienten identificados con las mismas, a aquellos que han
marchado desde el principio o se han unido al final: Huevos Duros 22M, Huevos Molotov, para arrojar directamente al
paladar e incendiarlo de placer. Huevos duros con brotes verdes de los de
verdad y cargados de esperanza, la esperanza que nace en primavera. Unos huevos
que no pueden faltar en toda Marcha de la Dignidad, porque los huevos son para
las ocasiones y ésta lo es. Una jornada reivindicativa y festiva, una jornada
para lucirlos y compartirlos codo con codo, para degustarlos y disfrutarlos.
Espero que te gusten…y que se les
atraganten.
NECESITARÁS (para 4 personas)
- 9 huevos.
- cucharadas de Mayonesa.
- 1 ó ½ cucharadita de pasta de wasabi (según el punto picante que quieras darle).
- Sal y pimienta.
- Harina.
- Pan rallado.
- Aceite.
- Un puñado de brotes verdes (canónigos, savia roja, espinacas…)
- 8 cortadas de pan de cereales con semillas.
ELABORACIÓN
- Lavamos los huevos y cocemos en agua hirviendo. Dejamos enfriar y pelamos bien cuidando que no quede ningún trocito de cáscara (lavar en agua). Con un cuchillo cortamos una lámina no muy gruesa de la parte más ancha del huevo para poder colocarlos “de pie” posteriormente. Salpimentamos y reservamos.
- Mezclamos bien la mayonesa con el wasabi para obtener una mayonesa de wasabi.
- Ponemos 3 platos, uno con harina, otro con huevo batido y el último con pan rallado y pasamos en ese orden los huevos para rebozarlos. Los freímos en abundante aceite hasta dorarlos bien cuidando que no se quemen. Ya tenemos nuestros huevos duros 22M.
- Emplatado: corta unas láminas de pan de semillas, coloca una cucharadita de mayonesa de wasabi, unos brotes de ensalada y sobre los mismos, de pie, un huevo duro 22M…
Umm, una pura delicia. Repetirás.
NOTA
Si no encuentras la pasta de wasabi
(se vende en tiendas especializadas y en la sección internacional de los supermercados. También puedes encontrarlo en
polvo, al que añadirás una cucharada de agua para obtener una pasta de wasabi)
puedes sustituirla por una cucharada de ajoaceite, le da un sabor más bizarro
pero también están muy buenos, aunque te recomiendo que pruebes la mezcla con
el wasabi: le da un punto de sabor picante muy sutil y especial.
Servidos con ensalada variada se
convierten en un segundo muy completo.
MÚSICA PARA ACOMPAÑAR
Para la elaboración: Holy City, Joan As Police Woman.
Para la degustación: Loser, Beck.
VINO RECOMENDADO
SebiránT, 13. DO Utiel-Requena.
Un buen cosechero de bodega
degustado en bota al aire libre, acompaña también a la perfección.
DÓNDE COMER
A pie de carretera o de calle,
bien escoltado de compañeros y amigos con quien compartirlos y comidos con la
mano desde la misma fiambrera.
QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS
Andar, andar mucho, un paso
detrás del otro, sin prisa pero sin pausa, en compañía y con optimismo, hasta llegar a nuestro
destino.