lunes, 16 de septiembre de 2013

Revuelta árabe de cuscús con su primavera


www.cocinaparaindignados.com

Una plaza, decenas de miles de personas y una sola voz: libertad. Jamás un espacio público contuvo tanto anhelo común, un geiser de esperanza que brotaba con toda la fuerza de la naturaleza prendiendo en los corazones del mundo entero que asistía incrédulo a aquel espectáculo libertario. Una plaza de las que gustan a los mandatarios, de esas inabarcables, de confines alejados, donde exhibir el poder y nadar entre multitudes. Una plaza nunca tan bonita como entonces.

Pero hay baños de multitudes que no gustan a los tiranos. No soportan las aguas revueltas, bracear entre gente ilusionada, entre voces disidentes; y apostados a sus puertas braman con sus bocas de fuego y llaman a la esperanza violencia y terrorista al esperanzado.

Una revuelta pacífica salvajemente ennegrecida por el fanatismo de un déspota al que silenciaron sus cañones al grito de ¡esperanza!

Pero en primavera todo es posible. Las raíces de las plantas se extienden bajo la tierra y le arrancan la sabia para que las hojas broten de nuevo, para que la vida renueve su ciclo. Un milagro. Un milagro repetido incluso en las plazas infinitas, donde muchos creyeron que un futuro mejor era posible y lucharon con tesón por él.

En homenaje a ellos aquí tienes un plato luchador, en blanco y negro. Un cuscús tan ennegrecido como lo fue la revuelta de Egipto por la violencia de estado, pero aquí por la pacífica untuosidad de la tinta de la sepia. Y del mismo modo que de aquellas trágicas jornadas de primavera surgió la esperanza por un mundo mejorado, lo acompañaremos con la traslúcida carne de unas gambas, que enardecidas con la fuerza del ajo y la guindilla se mantienen alerta y en pie de guerra. 


NECESITARÁS (para 4 personas)

  • 200gr de cuscús.
  • La misma cantidad de caldo de pescado (puedes hacerlo tú o utilizar uno de supermercado. El que te presento lo he hecho así y ha salido buenísimo).
  • 12 gambones.
  • 1 cebolleta pequeña (no es necesario, pero yo se la añado pochada a las gambas al ajillo y su melosidad va muy bien con el cuscús).       
  • 6 ó 7 dientes de ajo.
  • 2 bolsitas de tinta de calamar.
  • 2 cucharaditas de pimentón de la Vera.
  • Sal y pimienta.
  • Aceite.
  • ½ o 1 guindilla (dependiendo del punto de indignación que quieras darle al plato).


ELABORACIÓN

  1. Echar el caldo en una cazuela y calentar. Cuando comience a hervir retirar del fuego. Añadirle las dos bolsitas de tinta y desleír bien hasta que el caldo coja un bonito color negro. Añadir el cuscús y remover.
  2. Déjalo reposar un par de minutos, añádele sal y vuelve a remover. Espera otro par de minutos y remueve añadiéndole al mismo tiempo la cucharadita de pimentón de la Vera y una pizca de pimienta. Espera otro poco, añádele un chorrito fino de aceite de oliva virgen y vuelve a remover. Hazlo tantas veces cuanto sea necesario hasta que quede perfectamente suelto; es fundamental que sea así. Debe quedar con el aspecto del caviar, negro y suelto.
  3. Mientras tanto, pelar las gambas y cortarlas en 3 ó 4 partes según tamaño y picar la cebolleta (si se quiere incorporar) y los ajos muy finos.
  4. Sofríe la cebolleta y los ajos. Cuando esté prácticamente hecho, añádele la guindilla, la cucharadita de pimentón (remueve bien fuera del fuego para que no se queme e impregne con su color y sabor los ingredientes) y las gambas. Dejarlas 1’ aproximadamente y rectificar de sal.
  5. En una fuente blanca colocar el cuscús y sobre el mismo las gambas al ajillo.
  6. A disfrutar.

NOTA

Si en lugar de servirlo como plato para el medio lo presentas en raciones individuales, queda muy aparente emplatar el cuscús enmoldado y coronado con las gambas por encima. Tamiza un poco de pimentón por el plato para adornar.


MÚSICA PARA ACOMPAÑAR

Para la elaboración: ,Tamikrest, de Aratan N Tinariwen, porque el Sahara inspira y potencia el sabor de este plato.
Para degustar: Cler Achel, deTinariwen and RedHot Chili Peppers…ahora sí que oriente y occidente en el mismo plato.


VINO RECOMENDADO

Vega Infante blanco fermentado en barrica DOC Requena-Utiel.


DÓNDE COMER

Debería ser comida de barricada o más bien de parapeto, dado el origen en que nos hemos inspirado. Pero ya que estamos en tiempos menos revueltos y para apreciar mejor la finura del plato, lo comeremos en mesa de dos, con la pareja, escondidos bajo la cómplice mirada de unas  velas y abstraídos del mundo. Lo serviremos al medio, en plato de un blanco impoluto, donde el negro caviar de cuscús destaque en contraste con la blancura marina de la gamba moteada de rojo pasión.


QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

Darte el pisto de tu protagonismo en manifestaciones y concentraciones varias y de tu capacidad para correr delante de la policía sin ser atropellado por ninguno de ellos. Y  besar, besar en cantidad. Y acariciar, acariciar más; y excitarte, excitarte pero sin extenuación. Si de esta no cae o cambias la pareja o te planteas otra estrategia menos combativa.