Los ‘face to face’, los
duelos a cuatro, candidatos deshilando su hagiografía sentados en un sofá o
chupándose los dedos entre fogones…Hasta ahora estas eran las formas utilizadas
por los partidos para presentar al gran público a los candidatos, además de los
tradicionales tour por las plazas principales y la pega de carteles. Vender su
producto y seducir, y, sobre todo, que el ‘nominado’ a presidente salga airoso
de una entrevista original y atrevida, aunque fuera a ‘Trancas y Barrancas’, es
el objetivo en un mundo, el de la política, donde el consumidor potencial está
más que definido y la captación de nuevos consumidores es una tarea ardua y
difícil, que casi depende en exclusiva del grado de decepción y desengaño al
que se haya visto sometido.
Cualquier cosa menos
aburrir al público. Y en unas circunstancias como las actuales, con una
repetición de elecciones a escasos meses de las anteriores, vivir una nueva
campaña como un deja vu, sería un error imperdonable. En eso se ha centrado la
estrategia de partidos como el PP y Unidos Podemos. Los programas electorales
no pueden modificarse sustancialmente con tan escaso margen de tiempo,
mostrarían debilidad de planteamientos y falta de credibilidad; pero la forma
de presentarlos para evitar ser cansinos y reticentes, sí.
Al margen de los debates
televisados ‘de chicas’, que da para otra reflexión, las campañas publicitarias
de estos partidos no tienen desperdicio, por bochornosas, originales o
ingeniosas, según cómo se mire y el prisma ideológico del espectador, claro
está. Si tiene un punto entrañable ver a Mariano Rajoy andar por Badajoz como
quien ha perdido el autobús y llega tarde al trabajo (mientras los
guardaespaldas que le acompañan parecen decirle “venga, Mariano, que llegamos
tarde”), lo que no tiene precio es la versión merengue del himno del PP. Si al
menos estuviera acompañada con una coreografía de Twerking, la estupefacción
inicial vendría matizada por la audacia del planteamiento; pero así a secas,
como que se hace bola y produce la misma reacción de bochorno que a los
periodistas que asistieron a la rueda de prensa de su presentación.
Uno se pregunta a qué
público va dirigido este tipo de anuncios y qué imagen quieren proyectar con
ellos. En el programa-catálogo de Unidos Podemos, al más puro estilo Ikea, el
concepto está muy claro: modernidad, cambio, frescura, juventud y originalidad,
además de buen gusto, valores muy
apetecibles en un mundo, el de la política, que atufaba a naftalina hasta
hace cuatro días. El contenido es lo de
menos cuando ya es conocido o se intuye, y o bien lo aceptas o lo rehúyes de
entrada. Es la forma la que cuenta. Y en este sentido, entre una y otra campaña,
esta última gana por ‘mayoría absoluta’.
Lo cierto es que,
coincidiendo con los rigores del verano, la segunda vuelta electoral se las
prometía tediosa y aburrida, y mira por donde el márquetin le ha dado la vuelta
a la tortilla y la ha hecho de entrada más fresca y entretenida de lo habitual.
Al menos ha dado que hablar y para reír o sonrojarse, que ya es bastante. Tal
vez PSOE y C’s, con campañas menos atrevidas y más convencionales, deberían
haberlo previsto. Y tal vez por ello, probablemente, es aquí donde esperan
encontrar esos votos indecisos a los que
hay que convencer.
Y es que somos
consumidores, y como tales los partidos esperan que consumamos su producto. Diseñan
su campaña de publicidad con el objetivo de
proyectar la imagen de marca, informar sobre sus virtudes y convencer de
su consumo. Con un único fin: afianzar la fidelidad de su público incondicional
y ganar nuevos consumidores.
El problema es que en
política se da la paradoja de que estos dos pilares del márquetin no se
cumplen, pues el producto que se vende no informa de nada, sino que presenta
las promesas e intenciones del fabricante (que en caso de incumplimiento
siempre se acogerá a sagrado en la socorrida coyuntura), y difícilmente
convence a nadie que previamente no lo estaba, pues es tan difícil que un
‘merengue’ se levante al día siguiente ‘culé’, como que un ‘pepero’ se vuelva
‘podemita’ de la noche a la mañana o viceversa.
En fin, en nada sabremos
si las diferentes campañas han sido efectivas o no. Mientras tanto, y ya que
hablamos de verano y de fresquito, una receta refrescante y estival que ayude a
digerir tanta promesa electoral y evite que sucumbamos en el intento de su
digestión: Sopa de melón 26J. Una
sopa fría y deliciosa que combina, como las grandes coaliciones, las mejores
virtudes de cada uno de sus ingredientes: la delicada y etérea carne del melón,
la fuerza del jamón y la fragancia alegre y juvenil de la hierbabuena. Una
alianza perfecta de ingredientes, y tan exquisita, que dejará los pactos para
los comensales más glotones que desearán repetir un último plato.
Que la disfrutes.
NECESITARÁS
(para 4 personas)
1 kg aproximadamente de
melón limpio de pepitas y cáscara.
150 g de jamón.
8 o 9 hojas de
hierbabuena.
1 cucharada de almendra
en polvo.
40 ml de aceite de oliva
virgen extra.
Sal y una pizca de nuez
moscada.
ELABORACIÓN
Introduce en el vaso
batidor las hojas de hierbabuena junto al aceite y una pizca de sal. Bate hasta
emulsionar y reserva.
Trocea el melón, mételo
en la batidora junto al aceite (reserva un poco para adornar), la almendra, la
pizca de nuez moscada y sal al gusto. Bate y reserva.
Corta el jamón en
trocitos y pásalos por la sartén hasta que estén crujientes (cuidado de no
quemarlos). Reserva.
Emplatado:
Sírvelo en un bol añadiendo los trocitos de jamón crujientes y un hilillo de
aceite de hierbabuena por encima.
Refrescante, sencillísimo
y delicioso. A disfrutar.
NOTA
La albahaca y la menta le
van también de maravilla a esta sopa. Puedes sustituir o combinar la almendra
con un par de cucharadas de nata de cocina, aunque no será tan ligera como ésta.
Si lo prefieres seca el jamón en el horno a baja temperatura hasta que quede
crujiente, pero en la sartén es muy rápido y está igual de bueno. También
puedes combinarla con gambas o langostinos cocidos y troceados en lugar de
jamón.
MÚSICA
PARA ACOMPAÑAR
Para
la elaboración: ha ha ha ha. White Denim
Para
la degustación: Better find a church. JD &the
Straight shot
VINO
RECOMENDADO
El coto blanco 2015. DO
La Rioja.
DÓNDE
COMER
Búscate un lugar fresco y
agradable y disfruta de esta sopa refrescante en buena compañía.
QUÉ
HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS
Es un plato tan ligero
que un chapuzón y cuatro largos en una piscina de casa de monte será ejercicio
suficiente que compense sus escasas calorías.