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No sé si ha sido por el hecho de
haber tenido un invierno tan cálido o unas Pascuas tan prematuras, pero la
verdad es que la primavera nos ha pillado de sopetón y casi sin darnos cuenta. Es
un fastidio, porque los años donde las estaciones pierden el ritmo y no se
expresan como se espera de ellas terminan por confundirnos y se convierten en
un discurrir continuo y anodino que le resta gran parte de su encanto y nos
mueve a la pereza.
Algo similar ocurre en la
política, que nos induce a la modorra y la pereza al no apreciarse cambio
alguno desde las últimas elecciones: un tránsito desde un cálido invierno de
intereses enfrentados en busca de consenso para formar un trío o una orgía
parlamentaria, ha dado paso a una primavera sin matices ni visos de noviazgo,
donde los Sánchez, los Iglesias, los Rajoy, los Rivera y los Garzón siguen
empeñados en establecer las cláusulas de un matrimonio que sin amor ni pasión
siempre estará mal avenido. Se mandan whatsapp, pero no se escriben de corazón.
Quedan para cenar, pero no se gustan. Nadie cede en nada, y en esas condiciones
es muy difícil echarse novio y menos casarse.
Y es que hay cosas que son de
cajón: es imposible echar un kiki si no te lo curras un poco. Algo que los
políticos deberían saber. Tienes que ir dispuesto a ceder para poder alcanzar
tu objetivo. Y preparado para lo que pueda pasar. Te vistes para gustar,
exhibes tu mejor sonrisa, creas el clima adecuado, un buen ambiente, mejor
música…y probablemente al final de la velada ya se hayan hecho manitas por debajo
de la mesa. No voy a decir que el consenso con sexo se alcanza más fácilmente,
pero quien piense lo contrario que tire la primera piedra. Además en primavera,
como es sabido, la sangre se altera. Así que no hay excusas, si a estas alturas
de la película no se logra un gobierno es porque no se pone toda la carne en el
asador, y eso no tiene perdón; a fin de cuentas, en los momentos difíciles,
incluso Aznar fue capaz de hablar catalán en la intimidad del hogar.
En fin, no sé ellos, pero desde
luego el ciudadano siempre ha tenido una cosa muy clara: que si no pones de tu
parte y te lo curras las posibilidades de éxito en el amor (o en la política)
se reducen exponencialmente; por lo que la mejor estrategia es no dejar nada al
azar y jugar bien todas tus bazas si quieres alcanzar lo que tanto deseas.
Tal vez estas canciones te ayuden
en tu próxima cita a crear el ambiente más adecuado (a ti y a ellos). 20
canciones para dejarse llevar en la previa y en el partido, que todo ha de
jugarse. 20 canciones que por la voz, su letra, la cadencia y todas aquellas
imágenes sensuales que puedan sugerirnos, se convertirán en la pólvora que
prenda la pasión que fluye en el ambiente. Una carga de profundidad sutil y
etérea, delicada y casi imperceptible, cuando nuestra pareja se convierte en el
centro del mundo y nos absorbe como un agujero negro los cinco sentidos. Una
carga de profundidad extremadamente efectiva y poderosa. No tienes más que
comprobarlo. No saldrás ileso de ella, e incluso puede que ayude a formar gobierno.
Para clásicos:
Para peliculeros:
Para los amantes de las voces sensuales:
Para los más roqueros:
Clima y clímax, una combinación
infalible. La música ya ha puesto de su
parte…ahora te toca a ti jugar tus cartas.
Y para ello, nada mejor que una
receta que te convertirá de inmediato en el protagonista ideal de la cocina. Ya
tienes mucho ganado, no lo dudes. Una
delicia para compartir con esa persona con la que estás a punto de perder unos
papeles que deseas no volver a encontrar en un buen rato: Tiramisoul, el bocado perfecto de los amantes que se dejan
acariciar por la música y su magia. Mona de pascua, mucha nata, muchas fresas,
carajillo de whisky para aguantar los embates del amor, y chocolate. Un
pentagrama de ingredientes perfecto para un encuentro amoroso inolvidable.
Que lo disfrutéis.
NECESITARÁS (para 4 personas)
- 1 mona de pascua del día anterior.
- 1 paquete pequeño de nata para montar.
- 16 fresas.
- 4 o 5 tazas de café.
- 1 chorrete de whisky.
- 3 cucharadas de azúcar glass.
- 3 o 4 cucharaditas de azúcar blanca.
- Chocolate negro rallado.
ELABORACIÓN
- Vierte la nata en el vaso batidor y bate a baja velocidad. Cuando veas que la nata está casi montada añade poco a poco el azúcar glass sin dejar de batir. Una vez obtenida la consistencia adecuada, reserva.
- Prepara el café y una vez hecho añádele el azúcar y el whisky al gusto (no te pases, ha de notarse el sabor no saber sólo a whisky) y remueve.
- Lava las fresas, quítales la parte superior con las hojitas, filetéalas y reserva.
- Corta la mona de pascua en trozos largos y no muy gruesos. Colócalos en un plato y vierte el carajillo por encima. Debe empaparse bien pero mantenerse consistente.
- Emplatado: en un vaso transparente coloca una capa de mona empapada en carajillo en el fondo, sobre la misma nata, y otra capa sucesiva de mona y nata. Culmina colocando las láminas de fresa y ralla el chocolate negro por encima.
Umm, delicioso, sencillo,
espectacular y afrodisíaco.
NOTA
Lo he acompañado con un chorrete
de whisky, pero el coñac o el ron le queda también que ni pintado. Como las
fresas, las cerezas o cualquier otro fruto rojo le darán un toque perfecto y
refrescante. Por supuesto, la mona la puedes sustituir por soletillas, torta
caldosa o la base que más te guste, pero saliendo de las fechas que salimos y
teniendo monas a mano la elección es más que acertada.
MÚSICA PARA ACOMPAÑAR
Cualquiera de las propuestas será
la aliada perfecta para la elaboración del plato y el preámbulo perfecto donde
desatar la imaginación sobre lo que ha de venir.
VINO RECOMENDADO
Infinitus moscatel. DO Vino de la
Tierra de Castilla.
DÓNDE COMER
Comenzad probándolo en el sofá,
pero acabadlo en la cama. Que sean tus manos quienes acerquen la cuchara a sus
labios y las suyas a los tuyos, y vuestras bocas se conviertan en la copa que
contenga el vino y lo derrame.
QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS
Pues ya me dirás…