Visto lo visto, si no
sales en los ‘papeles de Panamá’, no te sigue la pista la fiscalía
anticorrupción o la policía judicial no te visita, puedes darte por fastidiado,
porque no eres más que un vulgar donnadie, un pobre advenedizo que no ha sabido
prosperar como lo saben hacer los grandes. La chapa de chorizo con denominación
de origen se la gana uno currándosela con tesón y alevosía euro a euro en
paraísos fiscales. Así que, no le quitemos mérito a la cosa, que para jugar en
primera, además de delincuente, debes ser malo de solemnidad, artero y sibilino.
No hay más que echar un vistazo al rico ecosistema formado en el gobierno o que
pasta a la sombra de su poder: Expresidentes de gobierno defraudadores que
junto al bigote perdieron la vergüenza. Exbanqueros empeñados en sacar dinero del
país o en meterlo. Ministros mentirosos y evasores que van de Soria a Panamá a
cada Rato. Alcaldes y concejales corruptos. Ex Molt Honorables, ‘honorarios-compulsivos’
y ladrones. Infantas al borde del infarto. Princesas-amantes 'emPanamadas'. Sindicatos ‘Manos Limpias’, con más
mierda en las garras que palo en gallinero... ¡Delincuentes! ¡Patriotas todos!,
¡Que os den!
Porque, o sois personas
que viajan tanto y tan ocupadas en el interés general de los ciudadanos que no
les queda tiempo para nada, viéndose obligadas a hacer la declaración de la
renta en los duty-free de los aeropuertos, o sois unos vulgares cuatreros y
maleantes, una auténtica vergüenza para un país, que no mueve más que al asco. En
definitiva, una manada de delincuentes que no se ha merecido los ciudadanos que
le han votado y mucho menos que han gobernado.
A pesar de todo, lo cierto
es que debemos estar contentos. Porque si bien es vergonzoso todo lo que sale a
la luz, lo bueno que tiene la democracia es que achica la porquería; achica sujetos como estos. El proceso es muy
sencillo: los intestinos del poder generan los excrementos, la democracia se
encarga de hacerlos aflorar y el ciudadano termina cagándose en ellos. Un
proceso socio-metabólico de lo más sano democráticamente hablando.
En fin, estos personajes
conocen muy bien la hoguera de las vanidades, forman parte de ella; pero habría
que verlos correr sobre las brasas soportando el peso de lo robado, pisando
fuerte para no quemarse, sudando las desgracias que han provocado con su
gobierno y con lo que han robado. A ver si eran tan rápidos como llevándoselos
calentitos a las playas duty free.
Ya que no podemos
someterlos a ese infierno de llamas, al menos démonos el gusto de dedicarles
una metáfora gastronómica a pie de cocina y de barbacoa. El Aceite de Brasas es la receta que nos los
recuerda, aunque no se la merezcan. Tan solo necesitarás disponer de unas
brasas una vez, y alargar su sabor durante mucho tiempo. Si quieres darte el
pisto sin tener que usar un misto, este aceite es lo tuyo. Un aceite para
disfrutar del encanto de la barbacoa y no encender nada salvo la imaginación.
Que lo disfrutes.
NECESITARÁS
(para 4 personas)
- 300 ml de aceite de oliva virgen extra de calidad.
- Carboncillos al rojo vivo.
ELABORACIÓN
Debes estar a pie de
barbacoa para realizar esta receta. De este modo, sus recuerdos te acompañarán en
multitud de platos durante mucho tiempo con esta sencilla maniobra. Introduce
el aceite en un tarro de cristal. Incorpora 5 o 6 carboncillos al rojo vivo y
cierra inmediatamente el bote. Déjalo en un lugar que no le dé la luz durante 3
días. Pasado ese tiempo cuélalo con un colador de tela y ya tienes un exquisito
y sutil aceite de brasas. Con pan tostado y sal, carne o pescado es una
auténtica delicia.
NOTA
La calidad de la madera
utilizada en la barbacoa es importante. Con el recuerdo a brasas ya es
suficiente y está delicioso. Pero si quieres, puedes macerar posteriormente en
el aceite de brasas alguna ramita de aromática. Yo le he añadido romero y los
recuerdos a monte se intensifican notablemente. Prueba con la que más te guste
si te resulta interesante. Acertarás.
MÚSICA
PARA ACOMPAÑAR
Para
la elaboración: Que os follen. El Niño de elche.
Para
la degustación: Quien engaña, no gana. Ojos de brujo.
VINO
RECOMENDADO
Este aceite, como
cualquier otro, así a las bravas, marida mal con vino. Lo utilizaremos para
cocinar o acompañar el plato; en este caso, para acompañar y realzar sus
cualidades con el recuerdo sutil del humo. Por tanto, el tipo de vino dependerá
de esa circunstancia.
DÓNDE
COMER
A pie de barbacoa ni se
te ocurra, para eso tienes ya las brasas. Cómodamente sentados y en mesa bien
vestida, para que no se diga que los recuerdos a humo van reñidos con la
distinción.
QUÉ
HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS
Su sabor es tan intenso
que unas gotas bastarán para realzar el sabor del plato. Por tanto, con unos
cuantos aspavientos a cada nueva revelación vomitada por los ‘papeles de
Panamá’, la fiscalía anticorrupción o la policía judicial, será suficiente.