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Hoy me llamo vagina. Hoy me llamo
vagina y vulva y coño. Porque hoy me he sentido más mujer que nunca. Hoy me he
sentido dolida, no sé si por mujer o por persona, pero dolida. Hoy he sentido,
tal vez, mis entrañas por vez primera. Hoy me he sentido vagina, y leche,
almeja y mar. Hoy me he sentido hermana y madre, amiga y compañera. Hoy me he
sentido persona herida, persona perpleja y confundida. Hoy me he sentido
persona cercenada, privada de libertad y encerrada. Sencillamente persona, ni
mujer, ni hombre, persona.
Porque soy persona capaz y
digna, libre e ilusionada y me lo robas,
me robas el alma. No tienes vergüenza. Quieres convertirme en persona
clandestina y amedrentada, en persona incapaz e indigna, prisionera y
desilusionada. Quieres decidir por mí, robarme lo que es mío, mi cuerpo y mi
albedrío. Eres ladrón y asesino de mis libertades, y sicario de quienes ven en
mí un humano sin alma, sin percatarte que eres tú quién la vendió hace tiempo.
Eres despreciable. Porque yo soy
persona ¿sabes? Soy tu madre, tu hermana, tu amiga, tu compañera. Y mujer, sí,
mujer también, aunque te duela.
Para todas nosotras que estamos
ahí a vuestro lado; para todas vosotras que parís en París o donde os salga del
coño, hoy os dedico estas Almejas Indignadas, indignadas con
la Ley del Aborto y su atropello. Unas almejas expuestas, abiertas en todo su
esplendor, desinhibidas. Unas almejas que abren sus valvas como las piernas,
para mostrar la sutil, delicada, turbadora, sugerente y erótica carne que
guardan. Acompañaremos con un afrodisíaco aceite de perejil y una leve lámina
de ajo a modo de tradicional e indignado antídoto contra vampiros, unos
vampiros sin colmillos y con crucifijo y sus representantes en los escaños del
congreso.
Es curioso que siendo mujer haya
que tener tantos huevos para soportar semejante atropello de derechos, o
precisamente por eso, por ser mujer, los tengas. Por ello que serviremos las
almejas sobre una ligera y metafórica cama de huevos revueltos: sobre huevos,
por evidente y porque te sobran; y revueltos, porque son las entrañas las que
se descomponen con leyes tan injustas por inhumanas.
Que nos aprovechen a todos. Y a
ellos, que se les atraganten.
NECESITARÁS (para 4 personas)
- ½ kg de almejas (del tipo que prefieras, según sea tu presupuesto. El berberecho está riquísimo en esta receta, pero de una variedad algo mayor la hace más sugerente y evocadora).
- 75cl de aceite de oliva virgen aproximadamente.
- Un ramillete de perejil.
- Un puñadito de piñones.
- Sal y pimienta.
- 1 diente de ajo.
- 2 huevos.
- Escamas de sal marina del mediterráneo al aroma de limón.
ELABORACIÓN
- Pica el ramillete de perejil muy fino. Ponlo en el vaso batidor junto a los piñones, el aceite una puntita de sal y de pimienta. Batir. Ya tienes un aceite de perejil. Reservar.
- Mientras tanto, pon las almejas a remojo en agua mineral fría o en gaseosa para que suelten la arena que puedan llevar.
- Pela el ajo y lamínalo muy fino. Sofreír dorándolos lo justo para que no se quemen. Retirar y reservar.
- Pon agua a hervir en una cazuela y cuece al vapor las almejas. En cuanto veas que se abren, retíralas (1’1/2 aproximadamente)
- Mientras tanto, en una sartén con un poquito de aceite casca los dos huevos y los haces revueltos. Salpimienta ligeramente y añádele una cucharada de aceite de perejil.
- Emplatado: En una fuente llana de tamaño adecuado coloca los huevos revueltos a lo largo formando un rectángulo. Dispón encima las almejas y pinta su carne con el aceite de perejil, colocando una lámina de ajo en el interior de cada una de ellas.
- Adorna el plato con gotas de aceite de perejil y espolvorea levemente con escamas de sal al aroma de limón.
- Umm, el encuentro en el paladar tiene garantizado la intensidad erótica que te sugiere al cogerlas. Que las disfrutes.
NOTA
Puedes prescindir de las escamas
de sal, pero los recuerdos a limón le dan un punto delicado al plato que lo
agradecerá, siempre y cuando no abuses de su presencia: decora con algunas
escamas en plato y rompe presionando con los dedos algunas de ellas sobre la
carne de las almejas espolvoreando solo un poquito.
MÚSICA PARA ACOMPAÑAR
Para la elaboración: Back To Black, Amy Winehouse
Para la degustación: Video Games, Lana del Rey.
Rotundas, sensuales, singulares…Voces de
primera. Voces de mujer.
VINO RECOMENDADO
Prado Rey, Blanco Verdejo, 11. DO
Rueda
DÓNDE COMER
Donde la imaginación te lleve,
sin ataduras, sin trabas, sin grilletes, sin concesiones. Tú te lo haces, tú te
lo comes: donde, como, con quien y cuando te salga de esa parte de tu cuerpo
que con tanto empeño se afanan en controlar.
QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS
La indignación es una emoción que
requiere de tantas energías como el amor, como el respeto a los demás.
Indígnate lo suficiente y sobre todo ama y respeta sin medida, siempre en
primera línea de combate. No te hará falta nada más para mantener a raya cuanto
ingieras.