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De su jeta a la Meca en un
clarificador vuelo rasante con parada en todas las estaciones y apeaderos de su
expresión. Si la intuición es un arma poderosa, la certeza subconsciente que
alimenta el zumbido pertinaz de esa mosca que llevas detrás de la oreja desde
hace tiempo, cuando se alía con las
señales escritas en su rostro, ay, se convierte en un misil tomahawk que apunta
directo a la verdad. Miles de gestos te delatan. Miles de señales que bien
interpretadas dicen más de ti que las propias palabras, iluminando en mitad de la
niebla espesa de tu discurso a quien observa atento. Tu rostro y tu actitud son
un mapa fiel que muestra las coordenadas exactas de tu mensaje, como un
perfecto cuaderno de bitácora. Más allá del discurso, tu cuerpo es la repuesta
precisa que expresa con certeza lo que dices…tan sólo hay que saber leer en él.
Los expertos aseguran que de
media mentimos 1 vez cada 10’; no
mentiras importantes, de esas que pueden afectar la vida de los otros o
la propia, sino de esas otras que se manifiestan a través de la impostura o los
convencionalismos y que hacen que nos comportemos como no somos en realidad y
decir lo que no sentimos. Tanto unas como otras pueden desenmascararse. Tener la
capacidad para ir más allá de lo que decimos o mostramos, es un arte para el perfecto
observador y el terreno donde se mueven los estudiosos de la comunicación no
verbal. Ellos saben muy bien que en una
conversación, si lo que comunicamos verbalmente es importante, lo que no decimos
pero mostramos a través del lenguaje corporal, no lo es menos y supone más de
la mitad del contenido final del mensaje. Lo saben ellos y los departamentos de
Recursos Humanos de las grandes empresas, así como Centrales de Inteligencia y
diversos cuerpos policiales y militares de un gran número de países desarrollados.
Se han estudiado más de 12000 gestos comunes a todos los humanos; de ellos,
casi una tercera parte adquieren categoría de científicos porque los criterios
que se establecen para clasificarlos dan una fiabilidad cercana al 100%. Son el
resultado de la concreción de varias disciplinas científicas, que van desde las
microexpresiones (derivadas de los trabajos del psicólogo norteamericano
Paul Eckman), pasando por la sinergología, la paralingüística o
la neurociencia.
Tu rostro, tus movimientos, tu
actitud, tu voz, son el territorio donde se descubren tus verdaderas emociones,
donde se observa si lo verbalizado y lo expresado con el cuerpo coincide. Así que,
ya sabes, si eres de los que tienen tendencia a ocultar o mentir, nunca te juntes
con un experto de la observación o de la comunicación no verbal, y aún menos si
el experto lo es en comunicación no verbal científica, pues tus días de
mascarada tienen las horas contadas. Pero si eres de los que creen que se la
están ‘pegando’, tal vez estos consejos te puedan echar un cable.
La estrategia a seguir para
verificar tus sospechas es muy sencilla: primero has de tener muy claro que
quieres realmente oír aquello que confirme tus sospechas, porque puede ser tanto
un alivio, como un martirio; eso sí, sea lo que sea en un principio, siempre,
no lo dudes, será un descanso; así que, adelante. En segundo lugar, has de
crear un clima propicio para la conversación. Prepara el ‘vis a vis’ con
premeditación y alevosía, que parezca casual y en ambiente agradable y
desenfadado. Ni se te ocurra llamar y decirle “tenemos que hablar”, nada da
tanto miedo en esta vida como disfrazarte de esa frase: Lo pondrá en alerta,
urdirá un plan, fraguará argumentos…entorpecerá tu objetivo. Y por último,
escucha mucho, con interés y no interrumpas, eso te ayudará a detectar mejor lo
que no encaja; eso y observar con atención.
Conocer bien a la persona que
tenemos enfrente es fundamental para que sus inflexiones de voz, sus gestos o
su actitud no nos confundan, pues factores como la vergüenza, los nervios o el
estrés pueden desencadenar comportamientos similares a la mentira.
Los siguientes 8 gestos pueden
ayudarte en tu búsqueda. Unos tienen rango de científicos, otros se basan en la
intuición, y todos en su conjunto pueden llevarte a la respuesta que andas
buscando:
- Ante una pregunta, cuando negamos con la cabeza, si el movimiento se inicia hacia la derecha y mostramos la parte izquierda de la cara, ese no es falso, el verdadero siempre es hacia el lado contrario.
- Llevarse la mano o los dedos a la boca y pasarlos por ella o tocarse con frecuencia las zonas próximas a la misma o la comisura de los labios es un tic típico cuando se miente. Es un gesto más sutil que el que hacíamos de niños cuando decíamos alguna mentira u oíamos mentir que instintivamente nos tapábamos la boca con la mano.
- Rascarse por debajo de la nariz o tocarse ésta con frecuencia mientras hablamos es otro síntoma de que probablemente nos están mintiendo u ocultando algo. Después de todo Pinocho tenía razón, y si bien no nos crece la nariz sí que se irriga de sangre con más intensidad y produce un micro-picor que escapa a nuestro control.
- Tocarnos el pelo con mucha frecuencia, pasarnos la mano por el cuello, jugar con los dedos de la mano, son también gestos que denotan nerviosismo y podrían indicar que nos mienten.
- Bajar claramente el tono de voz. Si la mentira no está elaborada y ha de improvisar por el camino, de manera inconsciente se baja el tono de voz. Del mismo modo, y a la inversa, no por mucho gritar se está más cargado de razones, lo que se pretende es desviar la atención y zanjar la conversación. Has de conocer su carácter para determinar si no es una estrategia de despiste.
- Negar algo ostensiblemente con la cabeza y al mismo tiempo encoger los hombros es otra señal típica que podría indicarnos que nos ocultan algo o mienten.
- Cuando la mentira es muy elaborada y la tiene ensayada prácticamente no hay dudas, nos da muchas explicaciones y sabe detalles con una exactitud pasmosa, cosas triviales que difícilmente recordarías por su falta de importancia. Lo ha memorizado y lo ha hecho en una determinada cadencia temporal y espacial; pídele con sutileza que lo haga al revés, con toda seguridad le resultará imposible mantener la misma línea argumental.
- Por último, la mirada es otro factor a tener en cuenta. Si la mentira es elaborada la mantendrá fija, mostrará mucha seguridad para confundirnos y comprobar si estamos creyéndole. Sin embargo, en mentiras que se fabrican in situ, la mirada se desvía, se cambia de tema o se pregunta con frecuencia para ganar tiempo. De nuevo es muy importante conocer con quién estamos hablando para saber si son nervios o impostura.
Que te aproveche.
NECESITARÁS (para 4 personas)
- 12 rebanadas de pan de molde.
- 1 tarrina de crema de queso con algas de 150gr (sobrará).
- 1 tarrina de crema de queso de torta del Casar de 150gr (sobrará).
- 1 tarrina de crema de queso fresco de 150gr (sobrará).
- 100gr de salmón ahumado fileteado.
- 100gr de cabeza de jabalí ibérica cortada en lonchas finas.
- 100gr jamón serrano o york cortado en lonchas finas.
- 1 puñado de nueces picadas.
- 1 puñado de pistachos picados.
- Eneldo, tomillo y semillas de sésamo para rebozar.
- Un poquito de aceite de oliva virgen extra o de mantequilla líquida.
ELABORACIÓN
- Prepararemos primero la base para 3 tipos diferentes de canapé. Para ello cogeremos 4 rebanadas de pan de molde para cada uno de ellos, las estiraremos ligeramente con el rodillo de forma individual y después las solaparemos 1cm más o menos, mojando con agua un poquito los bordes que entran en contacto para que ‘solden’. Formaremos así un cuadrado con las 4 rebanadas al que pasaremos de nuevo el rodillo.
- Hecho esto, ya podemos utilizarlos como base de los canapés. Extendemos en uno de ellos el queso de algas y sobre el mismo el salmón ahumado. Sobre éste a un par de cm del borde inferior un ‘cordón’ de nueces picaditas. Enrollamos con cuidado de abajo hacia arriba y ponemos el rulo sobre un trozo de papel film. Lo enrollamos en él bien fuerte dándole vueltas por los extremos al papel y reservamos en la nevera 2h aproximadamente para que la forma la adopte bien.
- Procedemos igual con los otros: En el segundo, extendemos crema de queso del casar, sobre la misma cabeza de jabalí ibérica y en el borde inferior un cordón de pistachos picados; enrollamos, liamos en film y reservamos. Y en el tercero hacemos lo propio con el queso fresco en crema y el jamón serrano en tiras finas o york.
- Pasado ese tiempo, quitamos el film, y con una brocha humedecemos un poquito con aceite o mantequilla líquida cada rulo. El de salmón lo pasamos por eneldo picado en todo su contorno, el de cabeza de jabalí por semillas de sésamo y el de jamón en romero o tomillo. Cortamos en rodajas de 1 ½ -2cm de grosor y servimos.
- Emplatado: Los colocamos alternándolos en una bandeja cuadrada o rectangular
NOTA
Puedes hacerlo igual pero
estirando cada rebanada de pan de molde individualmente, cortándola una vez
enrollada en 3 piezas; obtendrás unos canapés más pequeños y de bocado también
muy aparentes.
Son tan versátiles que se adaptan
a multitud de combinaciones tanto dulces como saladas, jugando tanto con los
tipos de pan, como con el contenido. Tan sólo has de tener en cuenta que los
quesos han de ser cremosos y las salsas con consistencia suficiente para que no
hidraten en exceso el pan.
MÚSICA PARA ACOMPAÑAR
Para la elaboración: Private Investigations, Dire Straits
Para la degustación: The Pink Panter, theme song
VINO RECOMENDADO
Pleno Garnacha R12, DO Navarra
DÓNDE COMER
Por supuesto unos canapés ‘face
to face’ se comen cara a cara con tu acompañante, atento a todos sus
movimientos, pero relajado; cogiendo cada bocado con los dedos pulgar, índice y
corazón y llevándolo a la boca sin apartar la mirada, con seguridad y
sofisticación a la vez, que lo cortés no quita lo valiente aunque comas con las
manos. La mesita bien vestida y la luz adecuada relajarán la velada y ayudará a
no poder detalle de cuanto sucede.
QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS
Como lo que descubras confirme
tus sospechas o sea aún peor, no padezcas por esta nimiedad, nada como un
disgusto para quedarte en el chasis; si por el contrario ya lo esperabas,
correr detrás del susodicho será trabajo suficiente para dar cuenta de los
canapés sin apenas percatarte…tan sólo dependerá de lo que aguante el
otro.