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Si quieres llamar más la atención
que Miley Cyrus frotándose en un palo a 5 m de altura, sácate una teta en un
bar y da de mamar a tu bebé o llévatelo al Congreso de los diputados en tu
primer día de trabajo. Desde luego son dos gestos que se han ido convirtiendo en
algo tan inusual e inaudito (el primero por considerarlo vulgar cuando no
agresivo a los ojos de algunos, y el segundo por la imposibilidad de conciliar
maternidad y trabajo) que los percibimos
como sorprendentes cuando no de mal gusto e innecesarios. Al menos, por sus
comentarios, eso es lo que ha debido parecerle a muchas de sus Señorías el
hecho de que una diputada haya decidido llevar a su hijo al curro. Un bebé en
el señorío de sus Señorías. Así, a ‘tetajarro’ y sin avisar. Para que conozca a
los compis de trabajo de la mami. Y, ya de paso, para poder alimentarle cuando
sea preciso, dedicarle todas las caricias del mundo que se merece y cuidarle
con la exquisita ternura de quien más le quiere.
La verdad es que no ha sido laprimera vez que una diputada lleva a su hijo al Congreso, aunque bien es cierto
que no pasó de los despachos y nunca entró al hemiciclo. Tampoco que una madre
se lleva a su hijo al trabajo, sobre todo cuando se trata de un trabajo estiloso.
En televisión conocemos verdaderas sagas de actores o presentadoras que
comparten plató y camerino con sus hijos desde la prehistoria. Porque para el
resto de ciudadanos de trabajo normalito, la posibilidad de conciliarlo con la
maternidad es hoy por hoy una utopía.
Ahí está la pertinencia de la decisiónde Bescansa de llevar a su hijo a la sesión constitutiva del Congreso de los Diputados.
Ha sido una manera de denunciar, desde el privilegiado cargo que ocupa, la
necesidad de conciliar la vida familiar y la vida laboral, de reivindicar la
normalización de la lactancia y de hacer ver que los permisos por maternidad
han caído en España un 20% desde 2008. Quienes se sitúan enfrente de ella solo
ven en su decisión una señal de oportunismo político, una pantomima sin más fin
que el protagonismo. Incluso Jorge Fdez Díaz la acusa de una posible violación
de la ley del menor. Pero quienes son capaces de leer el mensaje más allá de la
teta que alimenta y del pañal, saben que es toda una declaración de intenciones
y que gestos de esta naturaleza acercan la política al ciudadano sin que por
ello el político pierda credibilidad, antes al contrario.
Sí, va a ser una legislatura
diferente, no hay duda. Una legislatura donde las rastas van a expresar su
opinión sin miedo a que la policía les golpee la cabeza, y a compartir espacio
con quienes siguen trazando a tiralíneas la raya del pelo y de las ideas. Y, sobre
todo, una legislatura donde algunas mujeres valientes, por fin, así, sin avisar
y a tetajarro, van a hacer oír su voz y la de aquellos a quienes representan.
Para todas ellas y por todos los
gestos valientes con que son capaces de sorprendernos, este plato: Sopas del Niño. Las sopas para el niño
y la niña; y ya puestos, para toda la familia. El postre que se come con
cuchara y se sirve en plato hondo. Una receta de las de toda la vida que nos
trae la tradición a nuestros días. Unos tiempos en los que, con el ingenio que
caracteriza a quienes siempre tuvieron poco, se era capaz de sacar adelante
familias, iniciativas y hasta recetas. Como la que nos ocupa. Una elaboración
exquisita que con un poco de pan, leche y almendra, convertirá el postre en
toda una experiencia donde el sabor será el auténtico protagonista.
Que lo disfrutes.
NECESITARÁS (para 4 personas)
- 100 g de pan del día anterior.
- 750 ml de leche.
- 100 g de azúcar.
- 100 g de almendra molida.
- 1 cucharadita de canela.
- 1 rama de canela.
- 4 bolas de helado de chocolate.
ELABORACIÓN
- Troceamos el pan y lo mezclamos en un cazo con la leche. Dejamos que se empape bien. Añadimos la canela y el azúcar, lo ponemos al fuego (medio) y vamos removiendo de tanto en tanto hasta que comience a hervir. Añadimos la almendra y continuamos removiendo. Pasados 5’ retiramos del fuego y pasamos por la batidora para conseguir una textura homogénea. A mí me gusta con la apariencia de una crema, como unas natillas claras, pero si te va más líquida, añade leche o un poquito más de almendra si, por el contrario, la quieres más espesa.
- Emplatado: servir tibia en plato hondo con la bola de helado de chocolate encima
La simplicidad llevada a su
máxima expresión. Un plato tan económico como buenísimo.
NOTA
Esta receta tiene infinitud de
variantes, incluso la que pasa por el horno y se convierte en un pastel
exquisito. Si no tiene helado o no te gusta, pruébala también con galletas de
canela troceadas o muesli picado y espolvoreado por encima, es todo un acierto.
Y para los más puristas, sola. En cualquiera de sus formas no decepciona a
nadie
MÚSICA PARA ACOMPAÑAR
Para la elaboración: El gallo Eduardo Montenegro, Albert Pla.
Para la degustación: Los cuatro muleros, Estrella Morente.
VINO RECOMENDADO
Málaga Virgen. DO Málaga.
DÓNDE COMER
En mesa amplia vestida para
fiesta y bien flanqueada de niños y familia.
QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS
Irte al parque con tu niño, salir
con él en bicicleta, jugar en su habitación…pero bueno, ¿habrá algo que absorba
más energía que tu hijo?