miércoles, 20 de mayo de 2015

Buñuelos 'Electorales'. Carta a mi hija que vota por primera vez


www.cocinaparaindignados.com


 Estas letras son para ti, María. Como digna hija que eres de tu padre sé que harás bueno el tópico de no hacer caso a nada que te aconseje. Del mismo modo, y por no ser menos, tú también sabes que como digno padre de una hija a la que quiero con locura, es algo que no me importa lo  más mínimo, pues el hecho de que  no te interese lo que te cuente nunca me ha condicionado para no hacerlo.
A pesar de ello, y aun reconociendo que con esa estrategia tuya de huir de todo consejo paterno te has trazado un camino al que no se le puede poner ni un pero (circunstancia que confirma una contradicción irrefutable: que todos los consejos son buenos siempre que no se sigan y que, a pesar de ello, no hay que dejar de darlos para que no se olviden), creo que por una vez no estaría de más que me escuchases.

Votar por primera vez es como dar tu primer beso: no se olvida jamás. Uno no olvida el sabor de aquellos labios ni aquel rostro que te miraba tan de cerca, como tampoco olvida a quién votó por primera vez y la sensación de haber hecho algo trascendente, de sentirte mayor por fin. No se me ocurrirá decirte que el subidón posterior al primer beso sea idéntico al de tu primer voto, pero te aseguro que cuando lo deposites en la urna tendrás esa sensación especial que, como aquel, no se te olvidará jamás.

No te voy a decir que tu voto es importante porque es un derecho y un deber como ciudadano y bla, bla, bla; lo sabes de sobra y no te cansaré con ese discurso. Tampoco te voy a pedir que reflexiones a quién se lo vas a dar, sé que lo harás; y no porque tengas 18, sino porque has demostrado madurez suficiente para hacerlo. Ni que leas y escuches lo que los partidos te proponen, porque siendo como eres una persona curiosa no puede ser de otra manera y tienes muy claro que ésta, lejos de matar al gato, le enseña el camino por dónde ha ir. No te voy a descubrir que las calles que ahora arreglan y las pequeñas concesiones que se hacen desde el gobierno, no son más que viejos trucos de tahúr, pues saben que lo último siempre es lo primero que en la memoria queda; y ahora, ya lo sabes tú. Tampoco te diré que desconfíes de la sonrisa de cartón piedra que enseñan los políticos cuando se pasean; no hace falta; ya aprendiste hace tiempo que esa pose es oficio que sólo busca el propio beneficio. O de su palabra, porque aunque quieran no podrán cumplir con ella, que en política lo prometido jamás ha sido deuda. Tampoco te pediré que receles de sus promesas, pero que sepas que éstas se dan con premeditación y alevosía si en ello les va la elección, y suelen caducar la jornada de reflexión.

Tan sólo te pediré que seas fiel a ti misma, a cómo piensas y sobre todo a lo que sientes. Haz caso a tu corazón, que tiene razones que la razón sí entiende. Y no te traiciones. Sé tú y actúa en consecuencia, te digan lo que te digan, los de la risa cartón piedra o quienes intentan influir en contra de tus principios. Vota para botar a quien no se merezca tu voto. Vota para cambiar el mundo, empezando por el más cercano a ti. Vota, porque si no votas no tienes derecho a quejarte. Vota para mojarte. Y sobre todo vota  pensando en el futuro que te gustaría para los demás y para tus hijos, para contribuir a conseguirlo, porque cada gesto, cada decisión, cada uno de tus actos te llevan hacia él o a lo contrario. Así que piensa a quién le das tu voto, porque como tu primer beso pasará a formar parte de ti para siempre.

Y no tengas miedo si te decepcionan, al contrario, da por hecho que será así; porque cuando eres consecuente contigo mismo nadie puede reprocharte nada…y eso, jamás te lo pueden quitar.

Una última cosa, me gustaría que siguieras el consejo de Neruda, busques tu felicidad y sientas que sin ti este mundo no sería igual. Es un buen consejo. Y lo mejor: no es mío, por lo que puedes permitirte el lujo de seguirlo; seguro que no te equivocas. Así que ya sabes: la fuerza la tienes tú, no lo dudes, y en tus manos el poder de cambiar las cosas.

Un beso.

PD: Ya sabes que todo cuanto escribo lo marido con una receta y música. Esta carta, por ser tú, la he acompañado con dos temas que te encantan y los buñuelos que tanto te gustan; esos que solemos hacer con la fruta que pillamos por casa. Te los he preparado con manzana, pera y plátano, para que elijas el bocado que más te apetezca en cada momento. Precisamente por eso, porque elijes su sabor, como tu futuro, y estamos en año electoral, tu primer año electoral, los he llamado Buñuelos Electorales; los de siempre, pero rebautizados. Por cierto, que con los buñuelos de fruta no pasa como con los ‘buñuelos de urna’, aquí da igual el que escojas porque ninguno te va a decepcionar, antes al contrario, todos sin excepción son igual de buenos.

Otro beso y a chuparse los dedos.

NECESITARÁS (para 4 personas)

  • 2 manzanas.
  • 2 peras.
  • 1 plátano.
  • 200 ml de leche.
  • 150 g de harina.
  • 1 cucharadita de levadura en polvo.
  • 2 huevos.
  • ½ cucharadita de sal.
  • Canela.
  • Azúcar para rebozar los buñuelos.
  • 2 cucharadas de mistela.
  • Aceite de oliva virgen extra para freír.


ELABORACIÓN

  1. Para elaborar la masa juntamos en un bol los huevos con la harina tamizada, la levadura, la sal y las dos cucharadas de mistela. Re movemos y vamos añadiendo la leche poco a poco hasta obtener una pasta homogénea y sin grumos. Dejamos reposar ½ h.
  2. Pelamos las peras, les quitamos el corazón y las cortamos en discos de 1 cm aproximadamente, procediendo del mismo modo con las manzanas. Quitamos la piel del plátano y lo cortamos en bastoncitos.
  3. Rebozamos los trozos de fruta en abundante aceite caliente. Cuando se doren, los pasamos por papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
  4. Previamente, mezcla la canela con 3 o 4 cucharadas de azúcar y pasa los buñuelos por ella estando aún calientes.
  5. Emplatado: Servir recién hechos, aún tibios, en bandeja.

Facilísimo, económico y para no parar de comer hasta no dejar ni uno. 

NOTA

Si la manzana tiene un punto ácido, mejor que mejor. La mistela (cualquier licor dulce) es opcional, pero hace la pasta del rebozado un puntito más crujiente. Puedes probar con otras frutas, el higo, por ejemplo le va de maravilla, pero estas tres son un éxito asegurado. Mojados en chocolate negro caliente son sublimes.

MÚSICA PARA ACOMPAÑAR

Para la elaboración: Sunshine, Arcana Has Soul.
Para la degustación: Cage, Metropol.

VINO RECOMENDADO

Mistela-Moscatel Sol del Mediterráneo, DO Valencia.

DÓNDE COMER

¿Dónde si no? En mesita auxiliar, sentados en el sofá frente al televisor viendo cómo van los resultados de las elecciones (o lo que nos venga en gana en ese momento, a fin de cuentas te has de enterar igual), y rodeado de amigos ingeniosos con quienes comprobar si los pronósticos se cumplen mientras los buñuelos van ‘cayendo’.

QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

Un número adecuado de aspavientos al ritmo de las noticias que van llegando será ejercicio suficiente. Por otra parte, para los más expresivos, llevarse las manos a la cabeza sucesivas veces con rapidez también ayudará a desentumecer e incrementará el gasto calórico.